Luce abandonado panteón de la ciudad blanca
El Panteón Florido de la ciudad de Mérida hoy luce en soledad, debido a las pocas visitas que recibe; solo unas cuantas tumbas, adornadas con flores, iluminan el gris que predomina en su interior.
Los tolocs son los vigilantes las bóvedas, así como los trabajadores contratados para dispensar agua en alguna de las bóvedas.
Las concesiones en este panteón de origen privado con más de cien años de antigüedad, fueron originalmente adquiridas por personas acomodadas, pero debido al abandono, muestran marcas del paso del tiempo, ya que muchas están cubiertas de hojarasca, con piedras quebradas y los epitafios ilegibles en sus lápidas.
La poca actividad, muros adentro, ha alentado a los amantes de las prácticas oscuras a utilizarlo como sitio de prácticas rituales y según las leyendas urbanas, deambula por su geografía “don Chulo”, antiguo velador de este panteón.