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Atropello al patrimonio histórico

Mérida puede despedirse de ser patrimonio cultural de la humanidad debido al constante ataque a la infraestructura de su centro histórico. Tal es el caso de la destrucción de la Plaza Grande, lo que es un atropello al patrimonio histórico de los yucatecos, señaló el especialista en desarrollo urbano y Miembro del Consejo Asesor del Consejo Mundial de Ingenieros Civiles, Alfonso González Fernández.
Señaló que esta posibilidad parecía alcanzable si se continuaba con un enfoque responsable y respetuoso hacia nuestro patrimonio, ahora parece alejarse debido a intervenciones que rompen con la armonía y la identidad de la zona.
“Es casi irónico observar que mientras Campeche ha logrado mantener y proteger la imagen de su centro histórico, obteniendo así el reconocimiento de la UNESCO y, con ello, acceso a fondos internacionales para su preservación, nosotros en Mérida estamos permitiendo que se realicen obras que destruyen lo que hemos logrado hasta ahora”, lamentó.


El especialista enfatizó que, en lugar de aprovechar los avances y seguir fortaleciendo el patrimonio, Mérida está retrocediendo. Las modificaciones en la Plaza Grande están poniendo en peligro tanto la estética como la funcionalidad del Centro Histórico, así como nuestras aspiraciones de ser considerados un referente cultural mundial.
González Fernández subrayó que las obras actuales en la Plaza Grande atentan contra el patrimonio cultural y la identidad del lugar. Aunque la construcción demolida no era original, había evolucionado de manera amigable con la plaza, manteniendo un mobiliario que daba identidad a la ciudad, como las bancas antiguas de fierro fundido con reglas de madera.
Denunció que la responsabilidad recae directamente en el ayuntamiento, que debe otorgar los permisos necesarios para cualquier obra en la ciudad, independientemente de si los recursos provienen del gobierno estatal o federal. Recordó que el INAH solo establece los requisitos para las zonas catalogadas como patrimonio, como es el caso de la Plaza Grande. “El ayuntamiento es el responsable y debe exigir el cumplimiento de la normativa”, afirmó.


Lo más preocupante, según González Fernández, es la falta de transparencia en el proyecto ejecutivo de las obras. Este proyecto debería incluir todos los aspectos necesarios para asegurar que la intervención respete el patrimonio, desde los estudios de reinversión hasta las especificaciones técnicas y los costos. Sin esta transparencia, es imposible evaluar si las obras son realmente beneficiosas para la ciudad.
Criticó la falta de respuesta de los sectores de comercio, turismo y las asociaciones dedicadas a la defensa del patrimonio, como la Asociación Yucateca de Especialistas en Conservación del Patrimonio Edificado. “Si no se alza la voz y se exige que las cosas se hagan correctamente, podríamos seguir viendo cómo decisiones que deberían proteger nuestro patrimonio lo deterioran”, advirtió.


González Fernández también denunció posibles intereses políticos y económicos, así como tráfico de influencias en el proyecto de remodelación, debido a la falta de información sobre los procesos de licitación y adjudicación. Afirmó que toda obra pública debe estar sometida al escrutinio público y que la falta de transparencia es inaceptable.
Finalmente, el especialista hizo un llamado a denunciar y exigir el respeto a las normas de conservación del patrimonio. Recordó el caso del OXXO en Progreso, donde se demolió una casa antigua para construir la tienda. El proceso judicial obligó a OXXO a reconstruir la propiedad como era originalmente. “Eso mismo se puede hacer con la Plaza Grande”, concluyó.

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