Al día, al menos once mujeres llaman al 911 para pedir ayuda por violencia, ya que según las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNP), cada hora con 45 minutos se registra una llamada de este tipo.
De acuerdo con el registro, el 36 por ciento de las llamadas más frecuentes fueron por violencia de pareja, es decir, que, en los primeros 6 meses de este año, más de 200 yucatecas pasaron por algún problema de este tipo, lo que arrojó una tasa de incidencia de ocho por cada 100 mil mujeres.
En segundo lugar, se encuentran las llamadas por casos de violencia familiar, con 147 reportes (32 por ciento), y una tasa de 6.2 por cada 100 mil habitantes; en cuanto a las recibidas por emergencia relacionada con incidentes de violencia contra la mujer fueron 121, con un promedio de 10.1 por cada 100 mil.
Las llamadas por abuso sexual fueron 10 y la misma cantidad para acoso u hostigamiento sexual; mientras por casos de violación se recibieron cuatro.
PENÍNSULA DE YUCATÁN
A nivel Península se reportaron un millón 562 mil 173 llamadas, en primer lugar, Quintana Roo con 679 mil 867, en segundo Yucatán con 667 mil 038 y en tercer lugar Campeche con 215 mil 268 llamadas registradas en el primer semestre de este año.
En este sentido y con los casos en evidencia, la violencia hacia la mujer es uno de los problemas más serios del estado, que se propaga con mayoría en el interior, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (lnegi), casi medio millón de yucatecas sufren violencia económica o patrimonial.
Cada vez es más común en la entidad, pues, en los últimos dos años ha aumentado 5.8 puntos, pasando del 10.4 al 16.2 por ciento de la población femenina del estado.
Asimismo, el organismo informó que, al menos, 421 mil mujeres sufren violencia financiera, además de que en los últimos dos años ha aumentado por lo menos en un 5.8 por ciento.
Las yucatecas continúan enfrentando retos violentos, principalmente dentro de sus hogares, con sus parejas, que representan una amenaza a su integridad y paz que impide su pleno desarrollo y bienestar, pero son pocas aún las que deciden alzar la voz o llevar un proceso legar para poder defenderse, ya que se encuentran bajo un miedo de no poder “solas”.
Iridiany Martín