Hace casi 66 millones de años, un meteorito impactó la Tierra en lo que hoy conocemos como Chicxulub, en la Península de Yucatán. Este evento catastrófico coincidió con la extinción de los grandes dinosaurios, un hallazgo que sorprendió a la comunidad científica, ya que el cráter resultante se encuentra sepultado bajo más de 1,000 metros de roca caliza, compuesta principalmente de carbonato de calcio.
A pesar de estar oculto bajo capas de roca, la presencia del cráter es evidente en la superficie gracias a una serie de depresiones redondeadas llenas de agua, conocidas como cenotes. Estos sumideros, que forman un patrón semicircular a lo largo del borde de la cuenca del cráter, son parte del llamado “Anillo de Cenotes”. La palabra cenote proviene del maya ‘ts’ono’ot’, que significa “depósito con agua” o “cavidad donde hay agua”.
El enigma del Anillo de Cenotes
Los cenotes que hoy conocemos se formaron millones de años después del impacto, durante el último interglaciar, hace aproximadamente 130,000 años. Sin embargo, la conexión entre el cráter enterrado y la disposición de estos cenotes en la superficie sigue siendo un misterio. Existen diversas hipótesis sobre la formación del Anillo de Cenotes, la mayoría de las cuales sugieren una relación con las estructuras y fracturas que atraviesan la capa superior de carbonatos que recubre el cráter.
Aunque se ha propuesto que las fallas tectónicas y los arrecifes de coral podrían haber influido en la formación de estos cenotes, no existe una explicación detallada que confirme cómo el cráter profundo controla el flujo de agua subterránea y, en última instancia, la creación de las cavidades que observamos en la superficie.
Modelo hidrogeotérmico: una nueva perspectiva
Un modelo hidrogeotérmico propuesto recientemente sugiere que el calor geotérmico de las profundidades de la Tierra, presente incluso antes del impacto, provocaba el flujo de agua marina a través de la roca de la península. El impacto del meteorito modificó este flujo, creando una gran masa de roca cristalina en el centro del cráter, impermeable al agua, lo que obligó al agua a fluir alrededor de esta estructura.
Con el tiempo, este flujo de agua disolvió la roca caliza más blanda en el perímetro del cráter, creando huecos profundos que eventualmente colapsaron hacia la superficie, formando el Anillo de Cenotes. Este proceso de disolución y colapso, conocido como hipogénico, es responsable de la formación de cenotes cilíndricos y profundos en la región noroeste de la península.
En contraste, los cenotes en la costa oriental de Quintana Roo, como los de la Riviera Maya, se formaron por la disolución de la roca en la zona de contacto entre el agua salada y el agua dulce, un proceso que crea sistemas de cuevas menos profundos pero más anchos y ramificados.
Este modelo hidrogeotérmico fue presentado por primera vez en la conferencia anual de la American Geophysical Union (AGU) en San Francisco en 2015. Este enfoque ofrece respuestas sobre el enigmático Anillo de Cenotes y su relación con el cráter de Chicxulub, un legado geológico del impacto que cambió para siempre la historia de nuestro planeta (Fuente).
Cenotes que puedes visitar en el Anillo de Cenotes
El Anillo de Cenotes de Yucatán es un destino fascinante, lleno de maravillas naturales que te sumergen en la historia y la cultura de la región. Aquí, algunos de los cenotes más destacados que no puedes dejar de visitar:
Cenotes de Cuzamá
La principal atracción del Anillo de Cenotes es, sin duda, el conjunto de cenotes en Cuzamá. Este trío—Chelentún, Chak-Zinik-Ché, y Bolom-Chojol—se encuentra muy cerca uno del otro. Lo que hace especial la visita es el transporte: un vagón sobre rieles tirado por caballos, una experiencia que te conecta con la tradición henequenera de la región. Recorrer estos cenotes en un solo día es una aventura única.
Cenote Yaxbacaltún
Conocido por ser uno de los más concurridos, el cenote Yaxbacaltún es un semiabierto que se distingue por el azul profundo de sus aguas y las estalactitas que adornan su abertura. Es un lugar perfecto para nadar y explorar su impresionante entorno natural.
Cenote Nah Yah
El cenote Nah Yah es famoso por su colosal apertura y el impresionante efecto de la luz filtrándose en sus aguas cristalinas. Es un lugar ideal para aquellos que buscan una experiencia visual espectacular en la tranquilidad de la naturaleza.
Otros cenotes destacados
- San Antonio
- Noh-Mozon
- Chunkuy
- Telchaquillo
Cada uno de estos cenotes ofrece algo único, desde la profundidad de sus aguas hasta la belleza de su entorno.
Cenotes menos conocidos
Para quienes buscan un poco más de tranquilidad y aventura, hay cenotes menos frecuentados pero igualmente impresionantes:
- X-Coton: Un cenote semiabierto, alto y con raíces que tocan el agua, ofreciendo una atmósfera mística.
- Ek-bis: Escondido en una cueva estrecha, con acceso a través de una pequeña apertura, es perfecto para los exploradores más intrépidos.
- Xoch: Un cenote abierto adornado con un majestuoso árbol de raíces colgantes, creando un ambiente encantador.
- Calcuch: Con una profundidad asombrosa, este cenote es el favorito de los buzos aventureros.
- Sastal-Ha: Un cenote pequeño e íntimo, con aguas especialmente cristalinas y un acceso oculto entre la selva.
Estos cenotes representan los secretos mejor guardados de la región, ofreciendo experiencias inolvidables en un entorno natural único.
