Yucatán, la tierra del faisán y del venado: un paseo por la magia de sus pueblos
Cuando uno piensa en México, en el esplendor de sus culturas, uno imagina, aquí y en cualquier parte del mundo, imágenes diversas: cierta música, ciertos rostros, ciertas calles, ciertas comidas, ciertos vestuarios, ciertos símbolos que han pasado a formar parte del imaginario colectivo.
Para aprovechar la riqueza de esos simbolismos, leyendas y tradiciones, en 2001 la Secretaría de Turismo creó el programa de Pueblos Mágicos en todo el país, para fortalecer la economía y el atractivo turístico de aquellas localidades que pudieran reforzar esa “magia” cotidiana que caracteriza al pueblo de México.
En Yucatán, el primer pueblo en tener dicho título fue Izamal, el 16 de febrero de 2002. Coloreada de una cálida atmósfera amarillo canario, con sus calesas y encantos culinarios, el lugar alberga maravillas arquitectónicas como la pirámide de Kinich Kakmó y el convento de San Francisco. Por casi 10 años, Izamal fue el único Pueblo Mágico de la entidad.
Posteriormente, el 30 de agosto de 2012, Valladolid se convirtió orgullosamente en el segundo Pueblo Mágico de Yucatán. La ciudad, conocida popularmente como la “Sultana del Oriente”, cobija la icónica Calzada de los Frailes y posee seis iglesias católicas de gran interés arquitectónico: San Servacio, San Bernardino de Siena, Santa Lucía, Candelaria, San Juan de Dios y Santa Ana.
Años más tarde, el 1 de diciembre de 2020 recibieron ese título las localidades de Maní y Sisal. El primero es famoso por sus platillos tradicionales como el Poc Chuc y el dulce de yuca con miel; además, es hogar de más de 30 meliponarios, en donde es posible encontrar colmenas de esta abeja endémica para la cosecha y recolección de su miel. Sisal, por su parte, fue durante varios siglos el puerto más importante del estado (antes del auge de Puerto Progreso); en él se puede disfrutar de ceviche fresco, pulpo y el carpaccio de caracol, la especialidad de la localidad.
Más recientemente, el 26 de junio de 2023, recibieron este nombramiento los pueblos de Espita, Motul y Tekax, convirtiéndose en las últimas localidades yucatecas, al menos hasta el momento, en integrarse a la onerosa lista de Pueblos Mágicos del país.
En total, estas 7 poblaciones capturan gran parte del encanto del estado, con su riqueza cultural, coloridas tradiciones y gastronomía exquisita, que año con año fascinan a la población local y a los visitantes de todo el mundo.