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Denuncian negligencia en un Spa canino en Mérida

El pasado viernes 30 de agosto de 2024, se vivió un trágico episodio en Ciudad Caucel, cuando Garfio, un chow chow de dos años conocido por su carácter cariñoso y tranquilo, falleció bajo circunstancias sospechosas durante un servicio de baño y corte en un spa canino. Garfio, quien era un compañero de apoyo emocional, fue descrito por sus dueños como un perro noble, afectuoso y un miembro más de la familia. Lo que comenzó como una rutina normal para el joven chow chow, terminó en un lamentable desenlace que ha dejado a una familia destrozada y buscando respuestas.

El día comenzó como cualquier otro para Garfio. Después de tomar agua y salir a hacer sus necesidades, fue llevado al Spa Canino y Felino Marcos Rubio, donde tenía una cita para las 9 de la mañana, aunque el servicio a domicilio llegó dos horas más tarde. A pesar de este retraso, Garfio se mostró alegre y confiado al subir al vehículo del spa. Sin embargo, a las 3:34 pm, su dueña recibió una llamada en la que se le informó que el perro se sentía mal, pero que estaba bien. La situación comenzó a levantar sospechas cuando mencionaron que Garfio había sido bañado nuevamente después de haberse hecho pipí y popó, algo que nunca había ocurrido en otras estéticas o veterinarias.

La angustia aumentó cuando, a las 5:27 pm, la dueña de Garfio fue trasladada al local del spa, ubicado en Plaza Jade, donde se encontró con una escena desgarradora. Garfio yacía inmóvil sobre una mesa, con su boca abierta y sus piernas rígidas, en un estado que indicaba claramente que había fallecido hace varias horas. El personal del spa intentó justificar la muerte diciendo que había ocurrido recientemente, pero el veterinario forense que realizó la necropsia determinó que Garfio murió aproximadamente a las 3 pm, probablemente debido a asfixia y con signos de daño en la garganta.

El incidente ha generado indignación y dolor en la comunidad, especialmente entre aquellos que conocían a Garfio. La falta de atención veterinaria en el spa y el retraso en informar a la dueña sobre la condición del perro han sido duramente criticados. La familia de Garfio ha expresado su deseo de que se haga justicia, no solo por la pérdida de su querido compañero, sino también para prevenir que otros animales sufran el mismo destino en ese establecimiento. La dueña, profundamente afectada, ha llamado a una mayor conciencia sobre los cuidados que deben tenerse en este tipo de servicios, denunciando la negligencia que llevó a la muerte de Garfio y exigiendo que se tomen medidas para evitar futuras tragedias.

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