El 11 de septiembre de 2001, el mundo entero quedó paralizado al presenciar el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York. Sin embargo, más de dos décadas después, este trágico evento sigue envuelto en un sinfín de teorías conspirativas que han generado más preguntas que respuestas.
Una de las teorías más difundidas sostiene que el gobierno estadounidense pudo haber estado involucrado o al menos tenía conocimiento previo del ataque.
Los defensores de esta idea apuntan a inconsistencias en los informes oficiales, como la velocidad con la que colapsaron las torres o la supuesta falta de respuesta de las defensas aéreas.
Otra teoría cuestiona la forma en que cayeron las Torres Gemelas. Algunos expertos en demolición controlada aseguran que el colapso fue demasiado perfecto, similar a una demolición planificada. Los informes oficiales atribuyen esto al impacto de los aviones y el calor extremo que debilitó la estructura, pero para muchos, esta explicación no es suficiente.
El misterio del edificio 7 es otro de los puntos clave en estas teorías. Este tercer rascacielos, que no fue impactado por ningún avión, se desplomó horas después de las Torres Gemelas. Aunque se atribuye a incendios y daños estructurales, algunos sugieren que su colapso fue parte de una operación más grande.
Además, hay quienes creen que los ataques fueron una excusa para justificar las invasiones en Medio Oriente y promover una agenda política y económica. Desde esta perspectiva, el 11-S sería un pretexto perfecto para expandir la influencia de Estados Unidos en la región.
Las teorías conspirativas en torno al 11 de septiembre han sido desmentidas en múltiples ocasiones, pero eso no ha frenado a quienes buscan respuestas fuera de la versión oficial. Este trágico evento, que marcó un antes y un después en la historia moderna, sigue siendo un terreno fértil para el escepticismo y la duda.
¿Qué es lo que realmente ocurrió aquel día? La verdad oficial está escrita, pero las sombras de la incertidumbre persisten.