Yucatán ha sido escenario de numerosos avistamientos de objetos voladores no identificados (OVNI) a lo largo de los años, generando un creciente interés en el fenómeno extraterrestre. Entre los casos más destacados se encuentra el avistamiento de 1994 en el municipio de Ticul, donde varias personas reportaron haber visto una serie de luces intensas que se movían en el cielo nocturno sin emitir sonido alguno. Este avistamiento, acompañado de extrañas fallas eléctricas, ha sido uno de los más comentados en la región.
Otro avistamiento significativo ocurrió en 2004 cerca de la ciudad de Mérida. Testigos aseguran haber visto un objeto de forma ovalada sobrevolar el área a gran velocidad antes de desaparecer entre las nubes. Lo que hizo único a este caso fue la cantidad de personas que lo presenciaron y la cobertura mediática que recibió. Varias estaciones de radio locales incluso abrieron líneas para que los oyentes compartieran sus experiencias, lo que fortaleció la narrativa del evento.
Además de estos incidentes, los avistamientos en las zonas arqueológicas también han capturado la atención de los investigadores. En lugares como Chichén Itzá y Uxmal, visitantes y guías han reportado avistamientos de luces inusuales en el cielo, alimentando las teorías que sugieren un posible vínculo entre los antiguos mayas y seres extraterrestres. Aunque estas historias siguen siendo objeto de debate, son un recordatorio de que el misterio OVNI continúa despertando la curiosidad en Yucatán.
A lo largo de los años, los avistamientos OVNI en Yucatán han contribuido a la creación de un fenómeno cultural en la región. Desde conferencias hasta documentales locales, el interés por estos eventos sigue vivo. Si bien muchos de estos casos no han sido explicados de manera concluyente, la fascinación por lo desconocido sigue atrayendo a curiosos