Costos de insumos golpea a productores de hamacas
La producción de hamacas en Yucatán enfrenta serias dificultades debido al aumento constante en los precios de los insumos, lo que ha llevado a los urdidores a adaptarse para mantener su oficio.
Las hamacas, que se ofrecen en el mercado entre mil y mil 300 pesos, ahora implican un costo mayor de producción, lo que ha generado una notable disminución en las ventas. Esta situación pone en jaque no solo la economía de los productores, sino también una tradición cultural profundamente arraigada en la región.
Cinthia Mex y Rosaura Canche, productoras de hamacas en Yaxkaba, compartieron su experiencia sobre el impacto de la crisis de insumos.
Explicaron que los hilos, fundamentales para la creación de cada pieza, han subido entre 4 y 6 pesos al mes, una tendencia que no parece tener fin.
“Cada tubo, que se utiliza para el tejido, cuesta alrededor de 35 pesos y se requieren al menos ocho para confeccionar una hamaca”, detallaron.
Con un proceso de urdido que abarca aproximadamente seis semanas de trabajo a razón de cinco horas diarias, los márgenes de ganancia se han reducido considerablemente.
El alza en los costos no solo afecta a la producción, sino que también limita el acceso de los urdidores a los mercados donde pueden vender sus productos. Además de las complicaciones logísticas, las productoras deben costear el transporte hacia la capital yucateca, un gasto adicional que se suma a la carga financiera que ya enfrentan.
La necesidad de viajar para llevar sus hamacas a un mercado más amplio ha generado que muchos urdidores reconsideren sus opciones ante la presión de un entorno económico cada vez más adverso.
Para mantenerse competitivos, los productores han tenido que innovar en sus diseños, incorporando elementos creativos y diversos, como el popular brazo jet. Este esfuerzo por modernizar sus productos es un intento de atraer a un público más amplio, especialmente a los turistas que visitan la región.
Además, han comenzado a utilizar las redes sociales y otras técnicas modernas de comercialización para promocionar sus hamacas, lo que les ha permitido llegar a un público más amplio, incluso más allá de las fronteras de Yucatán. Sin embargo, el regateo frecuente y la creciente competencia en el mercado han hecho que las ventas sean aún más desafiantes, reduciendo sus ingresos y su capacidad para sostener sus negocios.
El turismo, aunque representa una oportunidad, también ha traído consigo desafíos adicionales. Los visitantes aprecian la calidad y el diseño de las hamacas, pero a menudo buscan precios más bajos, lo que hace que las productoras deban reconsiderar su estrategia de ventas. La llegada de nuevas marcas y productos en el mercado ha intensificado la competencia, obligando a las urdidoras a ser cada vez más creativas para captar la atención de los compradores.
Darcet Salazar