Por: Darcet Salazar
Yucatán enfrenta una batalla urgente contra la obesidad infantil, que afecta a más del 35% de los niños y adolescentes en el estado. Con una prohibición próxima sobre la venta de comida chatarra en las escuelas públicas, la SEP busca frenar esta problemática de salud, aunque la verdadera clave, según autoridades y escuelas privadas, radica en el rol activo de los padres para asegurar una alimentación saludable desde casa.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020-2023 revela que 35.6% de los niños de entre 5 y 11 años padecen sobrepeso u obesidad. Entre los adolescentes, las cifras son aún más elevadas, con un 42.5%, lo que subraya la urgencia de adoptar medidas efectivas para contrarrestar esta situación.
Debido a que, la obesidad infantil no solo representa un riesgo inmediato para la salud, sino que también puede derivar en enfermedades crónicas y discapacidades a lo largo de la vida, la Secretaría de Educación Pública (SEP), a cargo de Mario Delgado Carrillo, anunció una medida drástica para restringir el consumo de alimentos procesados y de bajo valor nutricional en las escuelas públicas.
A partir de marzo del próximo año, se prohibirá la venta de comida chatarra en estos centros educativos. Con esta disposición, se busca promover una alimentación más saludable entre los estudiantes y reducir los factores de riesgo relacionados con la obesidad.
Por su parte, las escuelas particulares en Yucatán aseguran estar adelantadas en esta regulación. El presidente de la Asociación de Escuelas Particulares en Yucatán, Elías Dájer Fadel, destacó que estos centros educativos han mantenido una política estricta contra la venta de comida chatarra desde el regreso a clases después de la pandemia. Dájer explicó que, aunque fue un proceso arduo y complejo, lograron retirar estos productos de sus instalaciones y ahora siguen comprometidos con fomentar una alimentación sana entre sus estudiantes.
Sin embargo, el esfuerzo de las escuelas particulares enfrenta un desafío cuando los mismos padres envían productos ultraprocesados en los lonches de sus hijos.
Dájer Fadel subrayó la necesidad de que las familias tomen conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable, ya que, al final, son los adultos quienes deciden los alimentos que consumen los menores fuera de los controles escolares.