El Parque de las Américas de Mérida, en la colonia García Ginerés, es un lugar conocido por sus espacios para la convivencia de los ciudadanos. Construido en 1943 en el gobierno de Ernesto Novelo Torres, está dividido en cuatro partes llenas de cultura y tradición.
Sin embargo, ¿sabías que originalmente albergó un lago artificial?
El comerciante catalán Joaquín García Ginerés fue el principal impulsor de la colonia que antes llevaba el nombre de San Cosme. De acuerdo con historiadores de la localidad, el inversor había intentado establecer otro asentamiento inmobiliario en lo que antes se llamaba pueblo de Itzimná.
García Ginerés llegó de Cuba en 1898 con doña Juana María Comas, su esposa, y su hermano político don Lorenzo.
Fue hasta 1906 que el Gobierno en turno permitió a García Ginerés y a su socio, Arturo Cásares Echánove, la construcción de un parque dentro de la colonia de San Cosme que tendría un pórtico gigante como entrada. Este sería edificado durante la visita de la primera dama. Para cuando eso, ya existía un lago artificial en el precinto, que se colocó para el disfrute de los vecinos del rumbo, los primeros en asentarse.
El proyecto del nuevo parque se dividiría en ocho jardines y, al centro, se construiría una fuente.
De acuerdo con los planos del Centro de Apoyo a la Investigación Histórica y Literaria de Yucatán (Caihyly), el lago estaba en uno de los sectores en los que se dividiría el parque a construir. Aunque pequeño, cumplía su cometido de refrescar a los meridanos que lo visitaban.
Lamentablemente, el parque permaneció inconcluso hasta que llegó la administración de Eleuterio Ávila en 1914, mandato durante el cual la capilla de Nuestra Señora del Carmen fue destruida.
