
El Códice de Dresde es uno de los documentos más fascinantes y enigmáticos de la cultura maya. Considerado el libro más antiguo de América, este manuscrito prehispánico data de alrededor del siglo XI o XII y es una de las pocas escrituras mayas que han sobrevivido hasta nuestros días. Su importancia radica en que contiene valiosa información sobre astronomía, matemáticas y rituales religiosos de esta civilización.
El códice fue descubierto en Europa en el siglo XVIII y actualmente se encuentra resguardado en la Biblioteca Estatal de Dresde, Alemania, de donde toma su nombre. Se cree que llegó al continente europeo después de la conquista de América, posiblemente llevado por exploradores o sacerdotes españoles. Está compuesto por 39 hojas plegables en forma de biombo, hechas de corteza de árbol, y sus páginas están llenas de glifos y coloridas ilustraciones que representan deidades, calendarios y observaciones astronómicas.
Uno de los aspectos más impresionantes del Códice de Dresde es su precisión en el cálculo de eventos astronómicos, como los eclipses y los ciclos de Venus. Los mayas, con su avanzado conocimiento del cosmos, utilizaban estos datos para organizar sus ceremonias y predecir acontecimientos importantes. También contiene registros de profecías y rituales, lo que sugiere que tenía un uso tanto científico como religioso dentro de la sociedad maya.
A pesar de los siglos transcurridos, el Códice de Dresde sigue siendo un enigma que los expertos continúan estudiando. Su contenido ha permitido descifrar gran parte de la escritura maya y comprender mejor su cosmovisión. Como testimonio de una civilización avanzada y misteriosa, este códice sigue despertando la curiosidad de historiadores y amantes de la cultura maya en todo el mundo.