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Maní, donde ocurrió la quema de códices mayas

Maní, un pequeño pueblo en Yucatán, es conocido por ser el escenario de uno de los eventos más trágicos en la historia de la cultura maya: la quema de códices y esculturas prehispánicas en 1562. Este acto fue ordenado por el fraile franciscano Diego de Landa, quien consideraba que los textos y símbolos mayas eran obra del demonio y un obstáculo para la evangelización de los indígenas.

En aquel evento, decenas de códices y miles de ídolos mayas fueron reducidos a cenizas en la plaza central del pueblo. Estos documentos contenían conocimientos sobre astronomía, matemáticas, religión e historia de la civilización maya, información que en su mayoría se perdió para siempre. Solo unos pocos códices lograron sobrevivir, y hoy son piezas invaluables del legado maya.

A pesar de este trágico suceso, Maní sigue siendo un lugar de gran importancia histórica y cultural. Su majestuoso convento de San Miguel Arcángel, construido sobre antiguas estructuras mayas, es un testigo silencioso de los cambios que sufrió la región tras la llegada de los españoles y es uno de los sitios más visitados por quienes buscan conocer más sobre la historia de Yucatán.

Hoy, Maní es un pueblo lleno de tradición y orgullo maya. Sus habitantes han sabido preservar su herencia cultural a través de la lengua, la gastronomía y las festividades, demostrando que, a pesar de la quema de códices, la identidad de los mayas sigue viva y presente en cada rincón de esta histórica comunidad.

Andrik Joel Tuz Tun

Lic. Ciencias de la Comunicación Egresado del Centro Universitario de Valladolid

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