
El crecimiento urbano desmedido en la costa de Yucatán ha provocado la pérdida de playas y la degradación de ecosistemas clave, como dunas y manglares, según alertó Jorge Herrera Silveira, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Mérida.
Municipios como Sisal, Chuburná y Telchac enfrentan una acelerada erosión costera, lo que aumenta su vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos, como huracanes y tormentas tropicales.
Uno de los principales problemas es la desaparición de las dunas, que actúan como barreras naturales contra la erosión y protegen la línea costera. Herrera Silveira explicó que la construcción sobre estos ecosistemas ha facilitado la pérdida de arena y la reducción de playas en varios puntos del litoral.
Además, Yucatán enfrenta una crisis ambiental por la pérdida de aproximadamente 30 mil hectáreas de manglar. La degradación ambiental no solo afecta el paisaje y el turismo, principal motor económico de la región, sino que también incrementa el riesgo ante fenómenos climáticos extremos.
Como parte de las acciones para revertir esta situación, se han implementado programas de restauración de manglar en la región. Jorge Herrera Silveira colabora con el grupo de mujeres “Las Chelemeras” en actividades de reforestación en Progreso. La próxima jornada se llevará a cabo el 6 de abril, con el objetivo de fortalecer la participación ciudadana en la conservación de estos ecosistemas esenciales.
En enero pasado, el Gobernador Joaquín Díaz Mena firmó un convenio con la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp) para reforzar la recuperación y protección del patrimonio natural. Además, la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) lanzó el “Programa de Saneamiento de Playas y Manglares en la Zona Costera del Estado de Yucatán”, que busca sanear 25 sitios en nueve municipios costeros, en colaboración con la iniciativa privada y la sociedad civil.