Perros de servicio: pieza clave en la inclusión
En Semana Santa, muchos viajeros con discapacidad dependen de sus perros de asistencia para moverse con autonomía y seguridad

Karen Díaz
Los perros de asistencia, también conocidos como perros de servicio, son mucho más que mascotas: son compañeros vitales que transforman la vida de personas con discapacidad, brindándoles autonomía y seguridad.
Durante de Semana Santa, muchos viajeros con discapacidad dependen de sus perros de asistencia o servicio para moverse con autonomía y seguridad.
Según el Artículo 58 de La Ley Federal de la Protección a los Derechos del Consumidor, no se puede negar el servicio ni cobrar cuotas extra por el perro guía.
Un perro de servicio está altamente adiestrado para acompañar a una persona con discapacidad, garantizándole acceso a espacios públicos como aeropuertos, restaurantes, transporte y centros comerciales.
Estos animales alertan a personas sordas de sonidos como timbres, alarmas o llantos, y asisten en tareas cotidianas como abrir puertas, recuperar objetos o alertar sobre alergias.
Los perros de servicio se pueden clasificar según su función, identificables por el color credencial o arnés:
- Amarillo (perros guía): asisten a personas con discapacidad visual. Evitan obstáculos, marcan escalones y practican “desobediencia inteligente” para proteger a su dueño.
- Naranja (alerta médica): detectan crisis por diabetes o epilepsia.
- Rojo (asistencia médica): ayudan en movilidad o condiciones neurológicas.
- Azul (apoyo psiquiátrico): brindan soporte en ansiedad o TEPT.
- Verde olivo (salvaguarda): protegen a víctimas de violencia.
- Morado (terapia): apoyan en rehabilitación emocional o educativa.
Es crucial reconocerlos y respetar su labor: no se deben tocar, distraer ni fotografiar mientras trabajan.
Para los viajeros se recomienda llevar certificación nacional o internacional (con microchip ISO) del can, y en aeropuertos se debe notificar a la aerolínea con anticipación.
Aunque los perros de servicio y de apoyo emocional brindan ayuda, los primeros requieren 2 años de entrenamiento especializado, mientras que los segundos solo necesitan una certificación médica.
Algunas organizaciones en México ofrecen perros entrenados y certificaciones válidas para viajes. Si planeas un viaje, verifica que tu perro cumpla con los requisitos legales.