El fenómeno arqueoastronómico ‘Luna madura’ ilumina Chichén Itzá
Este evento ocurre con la primera luna llena tras el equinoccio, momento clave para la agricultura según los mayas

Bajo el resplandor plateado de Yiij Uj (“la luna llena” en maya yucateco), la zona arqueológica de Chichén Itzá revive la sabiduría astronómica de los antiguos mayas.
José Antonio Keb Cetina, custodio del sitio por 28 años, revela cómo este fenómeno, que significa “la luna está madura”, influye en la naturaleza y los rituales sagrados como el Jets Meek’, uniendo a la comunidad con el cosmos.
Durante abril, la diosa lunar Uj despliega un espectáculo único: el descenso de la Serpiente Lunar, un evento arqueo astronómico que solo presenciaban sacerdotes y élites mayas.
Keb Cetina, testigo de este fenómeno por casi dos décadas en turnos nocturnos, describe cómo los triángulos de luz lunar se proyectan sobre El Castillo, similar al famoso descenso de Kukulcán durante el equinoccio.
Este año, la Serpiente Lunar se pudo observar el domingo 13 de abril, con la primera luna llena tras el equinoccio, un momento clave para la agricultura, según la cosmovisión maya.
Para los mayas, la luna llena era vital, pues Kukulcán fertiliza la tierra con el sol, y la luna guía la siembra. Hoy, comunidades campesinas aún sincronizan sus cultivos y construcciones con las fases lunares, evitando, por ejemplo, cortar madera en cuarto menguante para garantizar su durabilidad.
Chichén Itzá es un legado vivo que fusiona astronomía, espiritualidad y naturaleza, invitando al mundo a maravillarse bajo el cielo yucateco.