Emotivo minuto de silencio en honor a Fernando Valenzuela
En 1981, de la mano de Fernando Valenzuela (QEPD), Los Ángeles resurgieron en la Serie Mundial frente a los Yankees. Con 20 años, el “Toro” recibió las responsabilidades de la lomita y los Dodgers se impusieron en el Juego 3.
Aquella noche fue la consagración del joven lanzador oriundo de Etchohuaquila. Cuatro décadas después, y tres días después de su sensible fallecimiento, Fernando fue recordado en Chavez Ravine, el mismo lugar donde se convirtió en leyenda.
Con la familia de Valenzuela en el home de Dodger Stadium e incontables camisolas con el mítico número 34 por todos lados, Los Ángeles recordaron a su héroe. Un minuto de silencio y algunas lágrimas en el graderío del recinto azul, previo al arranque de la Serie Mundial.
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Dave Roberts se colocó a un lado de la esposa de Fernando, Linda Burgos, se quitó su gorra y agachó su cabeza en clara muestra de respeto por el “Toro”. Días antes declaró que el de Navojoa, Sonora, era “un amigo y hermano mayor” para él.
El montículo también tiene en grande y de color azul, el número 34 que inmortalizó Valenzuela. En el prado izquierdo de Dodger Stadium ahí quedará por la eternidad; en agosto de 2023 fue retirado por los Dodgers.
Otro pequeño homenaje que recibió la leyenda nacional antes del primer lanzamiento de este día, fue por parte del abridor de Los Ángeles, Jack Flaherty, quien arribó al estadio con la camisola de Fernando Valenzuela.
Fernando Valenzuela en Los Ángeles Dodgers
Con Los Ángeles, Fernando Valenzuela tuvo números irrepetibles. Apenas en su primera campaña como abridor consiguió el premio del Novato del Año, ganó el Cy Young, fue líder de ponches y fue pieza fundamental para que Dodgers venciera a los New York Yankees en la Serie Mundial de 1981.
En junio de 1990, Valenzuela también lanzó un juego sin hit ni carrera ante los Cardinals, dos años después de ganar su segunda Serie Mundial, aunque en aquella ocasión no tuvo apariciones en postemporada debido a una lesión.
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Asimismo, tuvo seis apariciones en Juegos de Estrellas y ganó dos Guantes de Plata. El legado de Valenzuela es único para el beisbol mexicano e inolvidable para todas las Grandes Ligas.