La dama de la lampará, Florence Nightingale
Nacida en Florencia el 12 de mayo de 1820, hija de Edward Nightingale y Frances Smith, su hermana mayor “Frances” fue escritora y periodista.
En 1837, decidió dedicarse a la enfermería, lo que la misma Florence considero como una “llamada divina“, a pesar de la oposición de su familia, específicamente de su madre y su hermana, Florence logro formarse como enfermera.
En aquella época la enfermería a lo contrario de lo que es hoy en día, estaba asociada a la clase meramente trabajadora o sin preparación, por lo que una joven culta como Florence Nightingale no era bien vista al querer ejercer lo que hoy es tan noble profesión.


Florence Nightingale, fue una mujer caracterizada por viajar y conocer, se distinguió principalmente por su pasión a la enfermería, ya que aprendió de manera autodidacta al visitar constantemente los centros sanitarios que se encontraba en sus viajes.
El 22 de agosto de 1853 asumió el cargo de superintendente en el Instituto para el Cuidado de Señoras Enfermas en la ciudad de Londres, donde se atendían a pacientes femeninas sin hogar principalmente, Florence en su cargo, realizo diversas mejoras en el lugar a favor de las pacientes, como la instalación de agua caliente y un ascensor, el puesto lo ocupo hasta octubre de 1854.
El Ángel de la Guerra de Crimea
Entre los años 1853 y 1856, se desencadeno un conflicto bélico entre el Imperio Ruso y la alianza del Reino Unido, formado por Francia, el Imperio Otomano y el reino Piamonte y Cerdeña.


La mayor parte del conflicto se dio en la Península de Crimea.
Donde a pesar de que los aliados estaban venciendo al Imperio Ruso, las enfermedades azotaban al ejercito, provocando cada día más bajas, ya que el ejercito británico no contaba con los médicos, enfermeros ni insumos necesarios para mantener la salud de sus soldados heridos.
Sidney Hebert, quien fuera el Secretario de Guerra en Gran Bretaña en aquellos años, era también conocido cercano de la familia Nightingale, por lo cual, al saber sobre las habilidades de la talentosa Florence, solicito su ayuda en el frente para cuidar a las tropas heridas en batalla.
Así, el 21 de Octubre de 1854, Florence y un equipo de enfermeras voluntarias (muchas de ellas inexpertas y entrenadas personalmente por Florence) partieron hacia el frente, transportadas a traves del Mar Negro a la base de operaciones británica localizada en Scutari.
Al llegar a la Base Militar, Florence y su compañía, encontraron un panorama desolador, con soldados heridos recibiendo un tratamiento inadecuado y médicos y enfermeros superados completamente.
Suministros médicos escasos, poca o nula higiene e infecciones que abundaban en el lugar y en las personas, fue el panorama con el que Florence inicio su trabajo en aquel frente de la guerra de Crimea.
Sin embargo, a pesar de la ayuda de Florence y compañía, los soldados no dejaban de fallecer, principalmente por enfermedades de tifus, fiebre tifoidea, colera y distería, enfermedades infecciosas ocasionadas por heridas del campo de batalla.
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En Marzo de 1855, el gobierno británico destino una comisión sanitaria a la base militar en Scutari. donde Florence tomo casi por completo el mando sanitario del lugar, ordenando la limpieza de los vertederos y mejoro la ventilación del hospital,
La atinada conducta de Florence en los cuidados clínicos provoco que el índice de mortalidad bajara rápidamente, lo que no paso desapercibido, ya que en pleno conflicto se publico un articulo en “The Times” que describía la formidable labor de Florence de la siguiente manera: «Sin exageración alguna es un «ángel guardián» en estos hospitales, y mientras su grácil figura se desliza silenciosamente por los corredores, la cara del desdichado se suaviza con gratitud a la vista de ella. Cuando todos los oficiales médicos se han retirado ya y el silencio y la oscuridad descienden sobre tantos postrados dolientes, puede observársela sola, con una pequeña lámpara en su mano, efectuando sus solitarias rondas»
Al termino de la guerra, en mayo de 1856, Florence, que había enfermado de fiebre tifoidea, solicito audiencia con la Reina Victoria a quien convenció de poner en marcha medidas y reformas higiénicas en los centros hospitalarios.
Florence Nightingale fue recibida como una auténtica heroína en su país y comenzó a ser conocida como la dama de la lámpara –the Lady of the Lamp– a causa del poema Santa Filomena de Henry Wadsworth Longfellow, publicado en 1857:
Los heridos en la batalla,
en lúgubres hospitales de dolor;
los tristes corredores,
los fríos suelos de piedra.
¡Mirad! En aquella casa de aflicción
Veo una dama con una lámpara.
Pasa a través de las vacilantes tinieblas
y se desliza de sala en sala.
Y lentamente, como en un sueño de felicidad,
el mudo paciente se vuelve a besar
su sombra, cuando se proyecta
en las oscuras paredes.
En 1883 la Reina Victoria le otorgó la Real Cruz Roja y, en 1907, el Rey Eduardo VII le concedió la Orden del Mérito, la primera vez que se dispensaba a una mujer. En 1908, se le entregaron las Llaves de la Ciudad de Londres y en 1910 falleció mientras dormía.


El año 2010 fue declarado Año Internacional de la Enfermera para reivindicar, entre otras, la relevancia histórica de Florence Nightingale en el centenario de su fallecimiento.