México clasifica a 16vos del Mundial Sub-17 de la FIFA… ¡de panzazo!
La Selección Mexicana Sub-17 avanza milagrosamente a la fase de dieciseisavos del Mundial de Qatar 2025 tras un desempate insólito decidido por tarjetas amarillas, y enfrentará a la poderosa Argentina.

Milagro en Qatar: México avanza por tarjetas
La Selección Mexicana Sub-17 vivió un cierre de infarto en la fase de grupos del Mundial FIFA Qatar 2025. Luego de terminar con tres puntos y diferencia de goles de -2, idéntica a la de Arabia Saudí, el pase a dieciseisavos se resolvió por el criterio de juego limpio, que favoreció a México por haber recibido menos amonestaciones.
El triunfo de Malí 2-0 sobre Arabia Saudí en el último partido del grupo selló el destino del “Tricolor”, que dependía de una complicada combinación de resultados. Con ello, México se convirtió en el último clasificado entre los mejores terceros, con siete tarjetas amarillas frente a las nueve amarillas y dos rojas de los saudíes.
Un torneo irregular con final feliz
Bajo la dirección de Carlos Cariño, México llegó al Mundial con expectativas altas, pero su rendimiento dejó dudas. El equipo logró solo una victoria (1-0), cayendo en los otros dos partidos, mostrando un nivel inconstante y falta de contundencia ofensiva.
Aun así, el destino les dio una segunda oportunidad: avanzar entre los 32 clasificados de un formato ampliado de 48 equipos, donde bastaba una combinación favorable para seguir con vida.
Próximo rival: Argentina, la prueba más dura
El premio al milagro no será sencillo. México se medirá en 16vos a Argentina, la mejor selección de la primera fase, con nueve puntos y diferencia de +9. El duelo promete ser una reedición de la rivalidad que ambos equipos protagonizaron en el Mundial Sub-20, donde la “Albiceleste” se impuso 2-0.
Entre la suerte y la lección
Aunque el boleto genera alivio, no oculta las carencias del “Tricolor”. El propio cuerpo técnico reconoció que el equipo deberá mejorar en precisión, control del ritmo y definición si pretende avanzar más allá de esta fase.
El pase por Fair Play es, al mismo tiempo, una llamada de atención y un respiro providencial: una muestra de que la disciplina puede valer tanto como los goles, y que en el fútbol, los milagros aún existen.







