

En el corazón de la península de Yucatán, el culto a la Santa Muerte ha crecido notablemente, especialmente en Mérida, donde miles de devotos la veneran como una figura protectora capaz de intervenir en sus vidas.
Representada como un esqueleto vestido de blanco, esta enigmática figura atrae a fieles que buscan protección, prosperidad, salud y justicia.
Cada año, el 31 de octubre, cientos de devotos realizan una peregrinación nocturna desde Xoclán hasta el Santuario Familia de Devotos de la Niña Blanca, ubicado en la colonia Mercedes Barrera.
Este santuario es un epicentro de la fe, albergando más de 2,000 imágenes de la Santa Muerte, muchas de ellas donadas por agradecidos creyentes.
Durante las celebraciones, los fieles ofrecen flores, velas, tequila, comida, tabaco e incluso marihuana como muestra de devoción.
Cada color de la Santa Muerte tiene un significado especial el rojo es amor y pasión; blanco, pureza y protección; verde, salud y bienestar; morado, transformación espiritual; dorado, abundancia y riqueza, y negro: Protección total.
La Santa Muerte es vista como un símbolo de esperanza y resiliencia, capaz de ayudar en el amor, los negocios, la salud y la justicia.
Para muchos, esta figura representa la superación de la muerte física y la posibilidad de una existencia más allá, convirtiéndose en un refugio espiritual en tiempos difíciles.