Trump afirma que no matará a Jamenei “por ahora” y asegura tener el control de los cielos iraníes

Las palabras de Donald Trump retumbaron desde Truth Social como advertencia y ultimátum: “Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo’”. El presidente de Estados Unidos se refirió así a Ali Jamenei, líder supremo de Irán, a quien descartó eliminar “por ahora”, aunque recalcó que su paciencia se está agotando. Trump agregó que no permitirá ataques contra civiles o tropas estadounidenses y exigió lo que llamó una “rendición incondicional”.
El mensaje fue una de varias publicaciones emitidas por el mandatario en medio de una escalada bélica entre Irán e Israel que amenaza con arrastrar a otras potencias a un conflicto regional. Trump también declaró que Estados Unidos tiene “el control total de los cielos de Irán”, gracias a lo que calificó como tecnología aérea inigualable por parte del ejército estadounidense. Según sus palabras, Irán solía tener buenos sistemas de rastreo y defensa, “pero no comparables con los fabricados en Estados Unidos”.
Aunque desde Washington se niega formalmente la participación directa en los ataques israelíes, las declaraciones de Trump sugieren que la ofensiva actual coincide con la expiración de un plazo impuesto por su gobierno para alcanzar un nuevo acuerdo nuclear con Teherán. La tensión, entonces, no es solo diplomática: es también un mensaje de poderío militar.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
En simultáneo, el cielo iraní arde. La noche del martes, el ejército israelí ejecutó una operación aérea masiva sobre territorio persa. Decenas de cazas bombardearon objetivos militares en el oeste y centro de Irán, según confirmó el vocero castrense Effie Defrin. Entre los blancos se encontraron bases de misiles y depósitos de drones, además de instalaciones logísticas. El portavoz reconoció que el ejército iraní se ha replegado hacia el centro del país, pero aseguró que Israel continuará con ataques “planificados y precisos” mientras sus aviones sobrevuelan sin oposición significativa.
La tensión alcanzó la diplomacia global. Desde Canadá, donde se celebra la cumbre del G7, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, advirtió que cualquier intento por derrocar al régimen iraní provocaría “caos”. El mandatario francés también subrayó que Trump tiene un papel clave para reconstruir los canales diplomáticos con Teherán, e hizo un llamado a retomar las negociaciones antes de que la región se desborde en un conflicto irreversible.
Por su parte, el canciller alemán Friedrich Merz —quien asumió el cargo el pasado mayo— fue tajante al asegurar que el Irán de antes ya no existe. Según el líder alemán, los recientes ataques israelíes han alterado profundamente la estructura de poder en Teherán, con gran parte de su cúpula militar eliminada.
“No me puedo imaginar que el régimen de los ayatolás pueda funcionar como antes. Israel está haciendo el trabajo sucio por todos nosotros”, dijo.
Desde Moscú, el Kremlin expresó preocupación ante lo que llamó una “escalada galopante” en Medio Oriente. Dmitri Peskov, portavoz presidencial, lamentó que Israel se muestre reacio a aceptar la mediación ofrecida por Rusia. “Vemos la renuencia, al menos por parte de Israel, a recurrir a cualquier servicio de mediación y, en general, a optar por la vía pacífica del arreglo”, declaró en su habitual rueda de prensa.
Así, el mapa geopolítico parece reconfigurarse sobre los escombros de la diplomacia. La región atraviesa uno de sus momentos más inciertos de la última década, con un Estados Unidos que reafirma su músculo aéreo, una Francia que intenta apelar a la prudencia, y una Alemania que ya da por hecho que el régimen iraní no volverá a ser lo que fue. En medio de todo, Irán e Israel continúan intercambiando fuego, mientras el cielo se vuelve cada vez más peligroso.