Tatuajes mayas: más que estética fue un símbolo espiritual
Los hombres eran quienes más comúnmente lo hacían, especialmente los guerreros, sacerdotes y figuras de alto rango.

Los tatuajes en la civilización maya eran mucho más que una expresión estética; tenían un profundo significado religioso, social y espiritual.
Eran vistos como una forma de comunicación con los dioses, un símbolo de valentía y una marca de identidad que reflejaba el estatus o el rol de quien los portaba dentro de la comunidad.
Tanto hombres como mujeres podían tatuarse, aunque los hombres eran quienes más comúnmente lo hacían, especialmente los guerreros, sacerdotes y figuras de alto rango.
El proceso era doloroso y se consideraba una prueba de fortaleza, ya que se realizaba con técnicas rudimentarias utilizando espinas o huesos para insertar tinta hecha de cenizas o plantas.
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Entre los tatuajes más significativos estaban los que representaban a los dioses mayas, como Kukulkán, el dios serpiente, o Itzamná, vinculado con la sabiduría y el cielo. También eran comunes los diseños de jaguares, serpientes y símbolos calendáricos, todos cargados de poder simbólico y espiritual.
Estos tatuajes no solo adornaban la piel, sino que marcaban un compromiso con la cosmovisión maya. Eran una forma de mostrar devoción, fortaleza y pertenencia a una cultura rica en misticismo, donde cada trazo tenía un propósito sagrado.