
Negociadores de Israel y Hamás se encuentran en Egipto para mantener conversaciones indirectas sobre el fin de la guerra. Aunque ambas partes han avanzado como nunca antes hacia un posible acuerdo, el plan de paz de 20 puntos de Donald Trump aún presenta importantes puntos de fricción. Entre ellos se encuentran la liberación de rehenes, el desarme de Hamás, la futura gobernanza de Gaza y el alcance de la retirada israelí.

La única moneda de cambio de Hamás
Uno de los puntos más conflictivos del plan es la liberación de los 48 rehenes israelíes. El plan de Trump establece que los rehenes serán liberados en un plazo de 72 horas, una fórmula de intercambio que Hamás aceptó, siempre que se cumplan “condiciones sobre el terreno”. Sin embargo, la confianza entre ambas partes es nula. El mes pasado, Israel intentó asesinar al equipo negociador de Hamás con un ataque aéreo en Doha, lo que puso en riesgo las conversaciones y las negociaciones de paz.
El desarme de Hamás y el futuro de Gaza
Otro punto de fricción es el desarme de Hamás, que ha sido el objetivo declarado de Israel durante la guerra. El plan de Trump exige que el grupo se desarme, algo que Hamás se ha negado a hacer, afirmando que solo lo hará una vez que se establezca un Estado palestino. El plan también establece que Hamás no tendrá ningún papel en la futura gobernanza de Gaza, un territorio que será gobernado por un organismo transitorio de tecnócratas palestinos, una propuesta que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha rechazado.
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La retirada israelí y la falta de un plazo claro
El alcance de la retirada militar de Israel es otro punto de controversia. El plan de Trump establece que el ejército israelí se retirará de Gaza “en base a estándares, hitos y plazos” que deben ser acordados por todas las partes, pero el documento no ofrece un plazo claro para la retirada total de Israel. Un mapa distribuido por la Casa Blanca mostró tres etapas propuestas para la retirada de las tropas israelíes, pero no coincide con los mapas del propio ejército israelí que muestran las zonas militarizadas, lo que genera desconfianza.
El futuro de Netanyahu y el alto al fuego
Durante más de un año, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha enfrentado acusaciones de que solo continúa la guerra para mantenerse en el poder. Miembros de la extrema derecha de su gabinete han amenazado con poner fin a su gobierno de coalición si la guerra termina antes de que Hamás sea destruido. Sin embargo, encuestas recientes muestran que alrededor del 70% de los israelíes quiere que la guerra termine a cambio de la liberación de los rehenes.