“Sabemos dónde viven”: Trump Advierte que Bombardeos en Suelo Venezolano son Inminentes
El presidente de EE.UU. confirma que la operación “Lanza del Sur” entrará en una fase terrestre para atacar objetivos del narcotráfico, en medio de acusaciones de crímenes de guerra.
La tensión geopolítica en el continente americano ha alcanzado un punto de ebullición este miércoles. Desde la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado su advertencia más directa y severa hasta la fecha contra el régimen de Caracas y las organizaciones criminales que operan en el país sudamericano. En una reunión con su gabinete, el mandatario aseguró que los ataques militares estadounidenses dentro del territorio de Venezuela comenzarán “muy pronto”, marcando una expansión agresiva de la estrategia antinarcóticos de Washington.
Lo que comenzó como un bloqueo naval en el Caribe bajo la operación bautizada por el Pentágono como “Lanza del Sur”, está a punto de convertirse en una intervención directa en tierra firme. Trump fue enfático al señalar que la inteligencia estadounidense tiene localizados los objetivos clave: “En tierra es mucho más fácil. Conocemos las rutas que toman. Lo sabemos todo sobre ellos. Sabemos dónde viven los malos. Y vamos a empezar con eso también muy pronto”, sentenció ante la prensa.
Operación “Lanza del Sur”: De Narcolanchas a Objetivos Terrestres
La operación “Lanza del Sur” ha estado activa durante casi tres meses, desplegando una masiva acumulación militar en el Caribe y el Pacífico Oriental. Hasta el momento, el saldo reportado por Estados Unidos es la destrucción de una veintena de embarcaciones presuntamente cargadas con drogas y la muerte de más de 80 personas acusadas de tráfico ilícito.
Sin embargo, la nueva fase implica cruzar fronteras internacionales. Trump ya había instruido a pilotos y aerolíneas internacionales considerar el espacio aéreo venezolano como “cerrado en su totalidad”, una señal inequívoca de preparativos para ataques aéreos o despliegues tácticos. Según reportes de la agencia Reuters, las opciones que baraja la administración no se limitan a la lucha contra las drogas; incluyen un intento deliberado de derrocar a Nicolás Maduro, apoyado por operaciones encubiertas de la CIA ya autorizadas por el presidente.
Sombras de Crímenes de Guerra y Pete Hegseth
Mientras se prepara la ofensiva terrestre, la operación enfrenta un escrutinio severo por su conducta en el mar. El diario The Washington Post reveló información inquietante sobre el primer ataque ejecutado el pasado 2 de septiembre. Según el reporte, tras un bombardeo inicial, se habría ordenado un segundo ataque para eliminar a dos supervivientes que se encontraban en el agua.
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Esta orden habría sido dada supuestamente por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, una acción que, de confirmarse, podría constituir un crimen de guerra bajo el derecho internacional. Al ser cuestionado sobre este incidente, Trump desestimó las acusaciones, afirmando que “no tiene información al respecto” y reiteró su confianza absoluta tanto en Hegseth como en el almirante al mando, Frank Bradley, a quien calificó de “persona extraordinaria”.
La Defensa del Pentágono y la Negativa de Sobrevivientes
La postura oficial de la administración Trump es que estas operaciones son actos de defensa nacional. El presidente aseguró que la destrucción de estas lanchas ha “salvado miles de vidas” en Estados Unidos al evitar que la droga llegue a las calles. Por su parte, Pete Hegseth se defendió de las acusaciones del Washington Post, asegurando que al monitorear el ataque “no vio supervivientes” y criticó a los medios por difundir lo que él llama información falsa.
Tanto la Casa Blanca como el Pentágono insisten en la legalidad de sus acciones, enmarcándolas en una guerra contra el narcoterrorismo. Sin embargo, la comunidad internacional observa con alarma, pues un ataque en suelo venezolano sin autorización del gobierno local o de organismos multilaterales podría desencadenar un conflicto regional de consecuencias impredecibles.
Un Escenario de Cambio de Régimen
El lenguaje utilizado por Trump (“sabemos dónde viven”) y las filtraciones sobre las intenciones de deponer a Maduro sugieren que el objetivo final va más allá de la incautación de narcóticos. Con la CIA activada y el ejército listo para una nueva fase, Venezuela se encuentra ante la amenaza más tangible de intervención militar extranjera en su historia reciente, una maniobra que Washington justifica como necesaria para desmantelar a los cárteles que, aseguran, han cooptado al Estado venezolano.
