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El templo de San Servacio, cuna de castigos y tragedias políticas

Esta iglesia católica imponente, con dos campanarios y un reloj, engalana la base sur de la plaza principal de la “Sultana del Oriente”. Fue construida en 1545 y remodelada en 1705, momento en que adquirió su fachada actual.

Ubicada en la calle 41, entre las calles 40 y 42 del Centro Histórico, es uno de los monumentos con las historias más trágicas e interesantes del estado, ya que fue testigo del episodio conocido como el “crimen de los alcaldes”, en donde se distintos personajes participaron en un motín y conflagraciones para asesinar a Fernando Hipólito de Osorno.

Las intrigas palaciegas se detonaron cuando el militar Fernando Hipólito de Osorno fue nombrado Alcalde Ordinario, así como Teniente Gobernador y Capitán General de Valladolid, por su buena relación con el obispo de Mérida, Pedro de los Reyes Ríos de la Madrid. Fernando sostuvo, según ciertas interpretaciones, amoríos o cortejos con la prometida de Miguel de Ruíz Ayuso, quien, al enterarse, confabuló con el Segundo Alcalde, Fernando de Tovar y Urquiola, para vengarse y asesinar a Fernando.

Todo ello con la aprobación del Gobernador Martín de Urzúa y Arizmendi.

Miguel de Ruíz sobornó a varios personajes para que declararan irregularidades y malas prácticas en la gestión de Fernando, motivo por el cual fue arrestado, no obstante, el todavía Alcalde de Valladolid logró escapar y buscó refugio en la catedral de San Servacio, donde además había quedado de verse con su amigo y abogado Pedro Gabriel de Covarrubias, para que lo ayudara a escapar de la ciudad.

Permanecieron ambos ocultos un par de días en la sacristía del templo, protegidos por el obispo Pedro de los Reyes.

El 12 de julio de 1703, tanto Fernando Hipólito como Pedro Gabriel fueron sorprendidos en su refugio de la iglesia por 8 hombres enviados por Miguel de Ruíz Ayuso, que les propinaron una golpiza que finalmente les causó la muerte. Poco después, su verdugo, Miguel de Ruiz Ayuso fue nombrado Primer Alcalde en sustitución de Fernando.

No obstante, hubo cambio de Gobernador en 1705, y llegó al poder de la provincia Don Álvaro de Rivaguda, que sustituyó a Urzúa y Arizmendi, y quien, enemistado con Miguel de Ruiz Ayuso, lo condenó por haber asesinado a Fernando y a Pedro Gabriel. El alcalde Miguel de Ruiz Ayuso junto a su secuaz,

Segundo Alcalde, Fernando de Tovar y Urquiola, fueron condenados a la horca en la ciudad de Mérida y ejecutados el 28 de mayo de 1705.

Se cuenta que, motivado por la indignación y, herido ante la pérdida de su querido amigo, el obispo de Mérida mandó demoler el templo y castigó a toda la población de Valladolid haciendo sonar estrepitosamente las campanas del templo por toda una noche, ensordeciendo a todo aquel que se encontrara cerca.

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