Abeja melipona: Un legado de miel y cultura en Yucatán
La miel de la abeja melipona fortalece el sistema inmunológico y se emplea tradicionalmente para tratar dolencias, cicatrizar heridas y aliviar quemaduras.

Más que un insecto, la Melipona beecheii, “la abeja sagrada maya” sin aguijón, es un pilar de la medicina tradicional, la cosmética y la economía ancestral, cuyos beneficios curativos y su crucial rol ecológico hoy enfrentan serias amenazas.
Conocida en maya yucateco como Xunaan-Kab, esta especie es cultivada por los pueblos originarios desde hace cientos de años.
Tal era su valor en la época prehispánica, que su miel y cera eran objeto de tributo y moneda de cambio, y se realizaban entre cuatro y seis ceremonias anuales en su honor.
Su miel, de producción delicada y escasa (apenas litro y medio por colmena al año), es considerada un tesoro por sus potentes propiedades.
La miel de la abeja melipona maya es un poderoso aliado para fortalecer el sistema inmunológico y se emplea tradicionalmente para tratar dolencias, cicatrizar heridas y aliviar quemaduras.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
Su valor trasciende la medicina; en la rama cosmética yucateca es ingrediente esencial en la elaboración de jabones, cremas y talcos artesanales.
Su polen supera en un 50% el valor proteínico del de otras abejas. La Melipona beecheii es fundamental para la productividad de cultivos emblemáticos de la región como el chile habanero, el aguacate, el mango, la calabaza, el tomate y la sandía, asegurando la diversidad alimentaria y mayores rendimientos en las cosechas.
Aferrándose con tenacidad a su colonia (hasta el punto de morir en su defensa), la abeja sagrada maya libra una batalla silenciosa por su supervivencia.
Los conocimientos ancestrales para su manejo, transmitidos oralmente por generaciones y que hoy son sustento de familias en comunidades rurales, se ven amenazados.
La pérdida acelerada de su hábitat por la deforestación y las actividades humanas reduce sus fuentes de alimento, poniendo en riesgo esta invaluable actividad cultural y económica.
La preservación de la selva yucateca y el apoyo a los meliponicultores se vuelven cruciales para no permitir que el zumbido milenario de la Xunaan-Kab se apague, custodiando así un fragmento vivo de la sagrada herencia maya en Yucatán.