Bordadoras de Yucatán son respaldadas por programas del Gobierno del estado
Las artesanas consideran que ahora sí valoran su trabajo, tanto compradores locales como visitantes


Con el impulso de programas de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), el Instituto Yucateco de Emprendedores (IYEM) y el respaldo del Congreso del Estado, las bordadoras yucatecas están transformando su realidad. Ahora, sus piezas más elaboradas (como hipiles y termos bordados) pueden alcanzar valores de hasta 20 mil pesos, un reconocimiento impensable hace algunos años.
“Antes nos pagaban 300 pesos por una blusa que tardábamos cuatro días en hacer”, relata Nidia Dzul Chan, una de las bordadoras beneficiadas.
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Hoy, sin embargo, el escenario es distinto: “Ahora hay quien aprecia nuestro trabajo y paga lo justo. Aunque aún enfrentamos regateos, contamos con el apoyo del Gobierno del Renacimiento Maya”, destaca.
El turismo ha sido clave en este renacimiento. Visitantes nacionales y extranjeros buscan prendas únicas, dispuestos a pagar por su valor artístico y cultural.
“En cuanto ven que lo hice con mis manos, no regatean, me felicitan”, comenta Josefina Cruz, quien ahora vende en tiendas especializadas y plataformas digitales gracias a capacitaciones del IYEM.
Guadalupe Cime explica: “Un hipil puede tomar desde una semana hasta un mes, dependiendo de la técnica, ya sea punto de cruz, hilo metálico o chaquira”.
Aunque persisten desafíos (como la falta de talleres equipados o acceso estable a ventas en línea), hoy las bordadoras se sienten vistas no como “mujeres que solo bordan”, sino como artistas.
Los programas que hoy las apoyan incluyen formación en emprendimiento, gestión de marca, participación en ferias artesanales dentro y fuera del estado, y la posibilidad de integrarse a catálogos digitales para abarcar mayores mercados.
Para ellas, cada puntada es también un acto de resistencia y memoria: bordan como sus madres y abuelas, pero con la mirada puesta en un futuro donde su trabajo tenga el valor y el respeto que siempre mereció.