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Consejo Estatal impulsa rescate del bordado yucateco para nuevas generaciones

El Consejo Estatal de Bordadoras de Yucatán promueve talleres y enseñanza de puntadas tradicionales, buscando preservar el legado textil e identidad cultural de las comunidades mayas.

El bordado yucateco vive una etapa de revitalización gracias a los esfuerzos del Consejo Estatal de Bordadoras de Yucatán, que trabaja para preservar las técnicas tradicionales y transmitirlas a las nuevas generaciones. Candida del Socorro Jiménez, integrante de esta organización, destacó que el objetivo es mantener vivas las puntadas que conforman la memoria colectiva de las comunidades.

Entre las labores del Consejo destaca la enseñanza de bordados a mano en distintas técnicas, así como el uso de máquina de pedal, con la intención de llevar este conocimiento a cada rincón del estado. El propósito es que niñas, niños y jóvenes conozcan, aprendan y, con el tiempo, se conviertan en herederos de un legado que forma parte de la identidad cultural de Yucatán.

En los últimos años, se ha observado un creciente interés de los jóvenes, reflejado en su participación en talleres y encuentros comunitarios. Estas actividades permiten que los nuevos aprendices comprendan el valor cultural del bordado y lo adopten no solo como expresión artística, sino como parte de sus raíces.

El Consejo ha contado con el respaldo de instituciones como la Unesco, que ha acompañado proyectos para preservar el patrimonio cultural inmaterial. También el Gobierno del Estado y la Secretaría de la Cultura y las Artes han dado seguimiento a acciones que reconocen a las y los bordadores como guardianes de la tradición.

Dentro de las puntadas y técnicas que se buscan rescatar se encuentran aquellas que habían caído en desuso, muchas de ellas con nombres en lengua maya: xokbil-chuy (bordado contado), tuch k’anal (puntada de relleno), tok che’ (puntada de tallo para delinear), sakbej (cadenilla), pich’ k’anal (rococó con espirales y nudos) y chuybil beel (festón en los bordes). Su recuperación representa no solo un esfuerzo artesanal, sino un acto de reafirmación identitaria.

“Más allá de las prendas, cada hilo y cada puntada se convierten en símbolos de memoria y resistencia cultural que enlazan a las generaciones pasadas con las futuras”, expresó Jiménez, subrayando que el bordado es un puente entre historia y presente.

Darcet Salazar

Posee formación en Derecho y Periodismo, con experiencia en temas relacionados con salud, ecología, cultura y artes. Promueve la defensa de los derechos de las mujeres y de los sectores más vulnerables, abordando estos temas con una perspectiva de género objetiva y comprometida.

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