Educación especial: una deuda que empieza a saldarse
La Fuerza de la Transformación, Jorge Sanén.

La educación no puede seguir siendo un privilegio para unos cuantos. Mucho menos cuando se trata de niñas, niños y jóvenes que requieren atención especializada para acceder a su derecho más elemental: aprender con dignidad.
Por eso, en mi calidad de diputado del Congreso del Estado, he presentado una iniciativa para fortalecer la atención de la educación especial en Quintana Roo. No se trata solo de una propuesta técnica o legislativa, sino de una convicción profunda: la transformación también pasa por garantizar que nadie quede fuera del aula.
La educación especial ha sido históricamente relegada a un segundo plano. Hay docentes que trabajan sin materiales, sin condiciones adecuadas, y familias que no encuentran acompañamiento ni infraestructura suficiente para que sus hijos reciban la atención que necesitan. Esta realidad no
puede seguir siendo invisible.
Nuestra iniciativa busca reformar el marco legal vigente para incluir con mayor fuerza los principios de equidad, inclusión y atención especializada.
Proponemos medidas concretas para mejorar la formación docente en este ámbito, garantizar recursos públicos específicos, y fomentar la creación de espacios adecuados para el aprendizaje de personas con discapacidad o condiciones de neurodivergencia.
Esta es una causa que no puede politizarse ni postergarse. No es una demanda nueva, pero sí es una deuda histórica. Y como legisladores, no estamos para administrar inercias, sino para transformar realidades.
Sabemos que hay quienes, ante esta propuesta, intentan desviar la atención atacando a instituciones o promoviendo desinformación. Pero no vamos a permitir que los derechos de la infancia y de las familias queden atrapados en agendas ajenas al bienestar común.
La educación especial no puede ser rehén de intereses ni resistencias burocráticas. Hoy más que nunca, necesitamos leyes que abracen la diferencia, que garanticen justicia educativa, y que coloquen al ser humano en el centro.
Si hablamos de inclusión, hablemos en serio. Si hablamos de transformación, hagámosla desde la raíz. Porque un sistema educativo que no abraza a todos, no es justo. Y un Congreso que no escucha estas voces, no está cumpliendo su función.