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El tolok, guardián de las bardas yucatecas e ícono de la fauna local

Existen cinco variedades en la región: el basílico café, la lagartija verde, la iguana de cola espinosa, la lagartija verde de casco y la iguana rayada

En las cálidas tierras de Yucatán, entre las albarradas y las zonas arqueológicas, habita un reptil que se ha convertido en un símbolo de la región: el tolok, también conocido como garrobo o iguana yucateca.

Este animal, cuyo nombre proviene del maya tolok o xtolok (que significa “iguana pequeña con cresta”), es un elemento distintivo de la biodiversidad peninsular. Existen cinco variedades en la región: el basílico café, la lagartija verde, la iguana de cola espinosa, la lagartija verde de casco y la iguana rayada.

Aunque su apariencia puede impresionar a algunos, son animales tímidos que prefieren huir antes que enfrentarse a los humanos.

El tolok es un reptil diurno que puede encontrarse tomando el sol sobre piedras o resguardando las bardas de las tradicionales casas yucatecas. Al ser de sangre fría, pasan largas horas bajo el sol para regular su temperatura, que oscila entre los 28 °C y 35 °C.

Su dieta se compone principalmente de plantas, arbustos y frutos, lo que los convierte en un eslabón clave en la cadena alimenticia de los ecosistemas locales.

Más allá de su papel ecológico, el tolok es un emblema cultural en Yucatán, presente tanto en la vida cotidiana como en la mitología maya. Su presencia en albarradas y zonas rurales lo ha convertido en un “guardián silencioso” de las propiedades y tradiciones locales.

Proteger a esta especie es fundamental para mantener el equilibrio natural y preservar una de las figuras más representativas de la fauna yucateca.

René Herrera

Con formación en Relaciones Internacionales por la UQROO Campus Chetumal, combino mi interés por los temas globales y virales con la creación de contenido dinámico. Apasionado por la música, las series y el entretenimiento.

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