

Don Jesús N. es uno de los ejemplos de entereza y superación que sin importarle la pandemia mundial del coronavirus, desde hace poco más de tres años emprendió su propio negocio el cual traslada con su motocarro para representar el sustento para su familia.
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Sin identificarse por temor a “represalias” de las autoridades, don Jesús N. se dedica a la venta de chicharrón, granizados, golosinas, entre otros productos, sin importarle “nortes”, fríos, quemantes días soleados, sale todos los días a ganarse el pan y ante la competencia de más vendedores en triciclos o en canastas que invaden la periferia de la Escuela Primaria “Felipe Carrillo Puerto”, a unas esquinas de Chuburná.
Refirió que prefiere no participar en los eventos carnestolendos para evitarse cobros de piso que no sean redituables para su emprendimiento personal, por lo que se limita a salir todas las mañanas y volver hasta las tardes a recorrer las calles y apostarse en la periferia del citado plantel escolar.