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Gentrificación y desplazamiento: duplican valor de rentas y servicios

En los últimos años, Yucatán ha acentuado la gentrificación que desplaza a comunidades originales al norte de la ciudad. Afecta localidades como Chablekal, Temozón, Komchén, Xkanatún, Dzityá (pertenecientes a Mérida), así como Sitpach y X-Cuyum en Conkal.

Este desplazamiento urbano se manifiesta de manera discriminatoria, con enormes bardas perimetrales que ocultan a estas comunidades de la vista de grandes consorcios y fraccionamientos de alto valor, campos de golf, privadas residenciales y plazas comerciales, en una invasión cultural ajena a la idiosincrasia local.

Este fenómeno ha generado un aumento significativo en las rentas y servicios en estas áreas, incrementándose casi un 100% en apenas 5 años. La llegada de capitales foráneos y residentes de otros estados, atraídos por las condiciones de seguridad en Yucatán, desplaza sistemáticamente a los moradores originales, presiona para la compra de tierras y amenaza la preservación de identidades.

En Conkal, por ejemplo, una renta de casa habitación con 3 recámaras ha pasado de 10 mil pesos en 2018 a 17 mil en 2023. En Temozón, una renta de condominio horizontal tipo “Townhouse” se elevó de 9 mil a 16 mil pesos.

Además, en Sitpach, se ha establecido una amplia comunidad afroamericana de migrantes de Texas, en su mayoría jubilados de la marina de Estados Unidos. Aunque contribuyen económicamente al consumir e invertir, su presencia ha generado un desplazamiento cultural, incluso con la creación de un centro escolar que sigue programas de estudio de la Unión Americana.

Algunos padres de familia mexicanos se quejan de que el colegio segrega y da prioridad a los hijos de extranjeros.

En este contexto, se plantea la interrogante sobre el impacto en la identidad cultural y en la cohesión social de estas comunidades. Yucatán, conocido por su rica historia y cultura, así como por sus destinos turísticos, se enfrenta a cambios que podrían amenazar la autenticidad y la diversidad que lo caracterizan.

Investigadores locales como el antropólogo yucateco Rodrigo Ordóñez han abordado este tema desde su experiencia y visión. En su artículo “Mérida: un centro histórico sin yucatecos”, aborda la gentrificación en el centro histórico, señalando el desplazamiento generado por el transporte y el comercio.

La gentrificación en Yucatán no solo representa un cambio en la geografía urbana, sino también un desafío para la preservación de identidades y la coexistencia armónica entre diversas comunidades. La lucha por mantener el equilibrio entre el progreso y la autenticidad cultural se intensifica en esta región que enfrenta una nueva fase de desarrollo urbano y social.

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