Hiroshima conmemora 80 años de la bomba atómica
Hiroshima guarda un minuto de silencio a 80 años del bombardeo nuclear, con líderes japoneses y delegaciones de más de 100 países presentes.

Un minuto de silencio y llamado global contra las armas nucleares
A las 08:15 de la mañana, la misma hora en que hace exactamente 80 años una bomba atómica devastó la ciudad, Hiroshima guardó un minuto de silencio en memoria de las más de 140.000 víctimas. La ceremonia, celebrada en el Parque Memorial de la Paz, reunió a representantes de más de 100 países y fue encabezada por el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, y el alcalde local, Kazumi Matsui, quienes depositaron flores en el cenotafio conmemorativo.
El acto fue también un homenaje a los hibakusha, sobrevivientes del ataque, muchos de los cuales superan hoy los 86 años y consideran esta conmemoración su última gran ocasión para alzar la voz. La ceremonia subrayó el compromiso de Japón con la paz y la abolición de las armas nucleares, en un contexto global marcado por nuevas tensiones geopolíticas.
Sobrevivientes y líderes claman por un mundo libre de armas nucleares
El mensaje de los hibakusha resuena a ocho décadas del horror
Nihon Hidankyo, organización formada por víctimas de los bombardeos atómicos, emitió un comunicado en el que advirtió que “no nos queda mucho tiempo, mientras nos enfrentamos a una amenaza nuclear mayor que nunca”. La agrupación, que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2024 por su activismo, instó a las potencias nucleares a revisar su postura: “Nuestro mayor reto ahora es cambiar, aunque sea un poco, la actitud de los Estados con armas nucleares que nos dan la espalda”.
El alcalde Matsui también hizo un llamado a la comunidad internacional para recordar las consecuencias humanas de la guerra y reforzar el camino hacia el desarme. “El recuerdo de Hiroshima no debe desvanecerse mientras existan armas capaces de repetir esa tragedia”, señaló en su discurso.
Hiroshima, símbolo de paz y testimonio del horror nuclear
De la devastación al compromiso con la paz mundial
El 6 de agosto de 1945, a las 08:15 horas, el bombardero estadounidense B-29 Enola Gay lanzó la primera bomba atómica de la historia sobre una ciudad. Hiroshima quedó prácticamente destruida y cerca de 140.000 personas murieron en los días y meses siguientes. Tres días después, otra bomba cayó sobre Nagasaki, provocando más de 70.000 muertes adicionales.
Estos ataques precipitaron la rendición de Japón el 15 de agosto de 1945, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial, pero también dejaron una cicatriz imborrable. Desde entonces, Hiroshima se ha convertido en un símbolo global de paz, resistencia y memoria.
Hoy, a 80 años del horror, la ciudad reafirma su llamado: que nunca más se repita un ataque nuclear.