La Morcilla: Historia, elaboración y tradición de un embutido ancestral
Conoce el origen y proceso de elaboración de la morcilla, un embutido a base de sangre con raíces milenarias y variantes en Europa y Latinoamérica.

La morcilla es un embutido tradicional elaborado con sangre y otros ingredientes que tiene siglos de historia. Su elaboración, desde la mezcla hasta el cocido, refleja técnicas ancestrales y la riqueza cultural de distintas regiones en Europa y Latinoamérica.
La morcilla, también conocida como moronga en algunas regiones, es uno de los embutidos más antiguos documentados en la historia gastronómica. Este producto se elabora principalmente con sangre coagulada de cerdo, mezclada con especias y otros ingredientes, y embutida en el intestino del animal. Su característico color oscuro la hace inconfundible.
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Este embutido tiene mención histórica en la “Odisea” de Homero, donde se describe como un preparado de sangre y grasa, producto que surgió para aprovechar al máximo cada parte del animal. Hoy en día, la morcilla tiene distintas versiones que reflejan la diversidad agrícola y cultural de las regiones donde se produce, siendo especialmente popular en países de Europa y Latinoamérica.
En España, la morcilla se elabora con una mezcla específica de ingredientes que incluye cebolla (45%), arroz (20%), manteca de cerdo (15%), sangre (15%) y especias junto con sal (5%). La cebolla y la manteca se pican finamente y luego se mezclan con el arroz, la sangre y las especias para formar una masa homogénea que se embute en tripas naturales mediante una embutidora.
Después del embutido, las piezas se atan o grapasan para delimitar cada porción y se someten a un cocido a casi 100 °C por 30 minutos, garantizando la cocción y seguridad del producto. Finalmente, la morcilla se enfría y seca en cámaras de oreo antes de su envasado y distribución.