La quema de toritos en el barrio de San Sebastián en Mérida una tradición centenaria
Esta tradición tiene raíces coloniales y se asocia con las celebraciones religiosas traídas por los españoles.

En el corazón de Mérida, la quema de toritos es uno de los rituales más esperados durante la fiesta en honor a la Virgen de Asunción. Esta tradición tiene raíces coloniales y se asocia con las celebraciones religiosas traídas por los españoles, pero con el paso del tiempo ha adquirido una identidad yucateca propia. La explosión de luces, cohetes y color representa no solo una ofrenda de alegría al santo patrono, sino también un momento de convivencia barrial.
La elaboración de los toritos comienza semanas antes del evento. Artesanos y vecinos diseñan estructuras ligeras de carrizo o alambre con forma de toro, las recubren con papel de colores y las llenan de fuegos pirotécnicos. En la noche de la quema, los toritos son cargados a cuestas por valientes voluntarios que corren entre la multitud mientras los explosivos estallan en el aire, creando un espectáculo que mezcla riesgo, tradición y devoción.
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Aunque el tiempo ha cambiado muchas costumbres, la quema de toritos sigue viva gracias al compromiso de las familias del barrio y el entusiasmo de los jóvenes que se suman cada año.
A pesar de los retos logísticos y las medidas de seguridad necesarias, esta expresión festiva continúa siendo uno de los emblemas culturales más intensos de San Sebastián, fortaleciendo el sentido de pertenencia e identidad de su gente y este año se realizará el domingo 10 de agosto a las 9 de la noche en la cancha del barrio.