México es grande no solo por su historia o su riqueza natural. México es inmenso porque está
hecho de pueblo. De millones de mujeres y hombres que, cuando se trata de defender la dignidad, la justicia y el futuro, se levantan con fuerza, con esperanza y con una claridad que estremece. Lo vimos en el 2018, cuando el pueblo decidió cambiar el rumbo del país con la Cuarta Transformación.
Lo vimos en el 2021, cuando ratificamos ese camino y una vez más en 2024 con la llegada de la primera mujer presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum, y lo volveremos a ver este 1 de junio, en una jornada que será histórica para la vida democrática de la nación. Por primera vez en la historia de México, el Poder Judicial entra en el terreno del voto popular. Y no es una ocurrencia: es el resultado de años
de exigencia ciudadana, de hartazgo ante la impunidad, ante la corrupción que se enquistó durante décadas en tribunales que parecían responder más a intereses privados que al clamor de justicia del pueblo.
Este proceso electoral es mucho más que una elección. Es un acto de afirmación democrática. Es el momento de decirle al mundo que México ya no quiere que unos pocos decidan por todos. Que la justicia también se elige. Que el pueblo tiene el derecho —y ahora también la responsabilidad— de decidir quién debe impartir justicia con honestidad, cercanía y conciencia social.
Las y los mexicanos tienen claro que la democracia no se agota en lo legislativo o lo ejecutivo. Que un país verdaderamente libre necesita un Poder Judicial al servicio del pueblo. Por eso, este 1 de junio saldremos a votar no solo con boletas en la mano, sino con memoria, con convicción y con amor
por México. México es mucho pueblo. Es el pueblo que no se rinde, que no olvida, que no se vende. Es el pueblo que sabe que este momento nos pertenece, que estamos haciendo historia, que estamos
construyendo un país más justo para quienes vienen detrás de nosotros.
Desde Quintana Roo, y como diputado orgulloso de representar al pueblo, hago un llamado a la participación. Que nadie se quede sin ejercer su derecho. Que nadie piense que su voz no importa. Hoy más que nunca, la voz de cada mexicana y mexicano cuenta. Porque cuando el pueblo habla, México avanza. Y cuando México avanza, lo hace con la fuerza de su gente.
Este 1 de junio, volvamos a demostrarle al mundo de qué estamos hechos. Porque México es mucho pueblo… y lo volverá a demostrar.
