Las personas con obesidad enfrentan dificultades adicionales al momento de su muerte, que incrementan significativamente los costos de sus servicios funerarios, precisó Manuel Morali Tinajero, secretario general de la Asociación de Prestadores de Servicios Funerarios.
Dijo que debido al tamaño y peso del cuerpo, es necesario utilizar ataúdes de mayores dimensiones, además de contar con más operarios para su traslado, lo cual eleva el costo hasta en un 35%.
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Morali también señaló que, en el caso de las cremaciones, la grasa corporal incrementa la temperatura del horno, haciendo el proceso más tardado o complejo. Además, en cuestiones de entierros, en el cementerio se requiere un nicho más amplio para acomodar el ataúd, lo que representa un gasto extra.
Previno que estos factores hacen que los servicios funerarios se ajusten en función del peso y tamaño del cuerpo, y no de la edad, impactando económicamente a las familias de las personas fallecidas.
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