
La esencia: vino, historia y naturaleza en un solo destino
El estado de Querétaro ofrece una mezcla encantadora de paisajes vinícolas, tradiciones coloniales, pueblos mágicos de encanto intacto y bellezas naturales. A tan solo unas horas de la Ciudad de México, es un destino ideal para quienes buscan cultura, gastronomía, historia y naturaleza —más allá de sus ya famosos viñedos.
No todo es vino, pero el vino es parte esencial
Querétaro es uno de los territorios vinícolas más sobresalientes de México gracias a su clima, suelo y tradición. Regiones como Tequisquiapan, Cadereyta de Montes, Ezequiel Montes y otros municipios del semidesierto forman la célebre “ruta del queso y el vino”.

Algunos de los viñedos más reconocidos —que puedes visitar para recorridos, catas o maridajes— son: Viñedos La Redonda, Viñedos Azteca, Viñedos Los Rosales y Vinícola San Patricio.
Más allá del vino, la región combina queserías artesanales, gastronomía local, arquitectura pintoresca y espacios rurales que invitan a relajarse y disfrutar con calma.
Pueblos Mágicos y rincones para reencontrarse con la tradición
Querétaro cuenta con varios pueblos catalogados como Pueblos Mágicos, cada uno con su aire particular —perfectos para escapadas de fin de semana:
Bernal
Bernal alberga la famosa Peña de Bernal, considerada uno de los monolitos más grandes del mundo —un imán para escaladores y amantes del paisaje. Además de practicar deporte o senderismo, puedes explorar su casco tradicional, degustar cocina local (como las gorditas de maíz quebrado o sus dulces regionales) y visitar viñedos cercanos.

Tequisquiapan
Conocido por su ambiente relajado, clima templado y encanto colonial, Tequisquiapan es perfecto para disfrutar de un fin de semana tranquilo. Es famoso por su feria del queso y el vino, por sus bodegas, y por la posibilidad de paseos en globo aerostático. También puedes pasear por su centro histórico, comprar artesanía local y recorrer los viñedos en sus alrededores.

Cadereyta de Montes, Jalpan de Serra, San Joaquín, Amealco de Bonfil y Pinal de Amoles
Estos pueblos y municipios ofrecen experiencias distintas: desde paisajes semidesérticos, zonas rurales tranquilas, naturaleza exuberante en la Sierra Gorda, misiones históricas —algunas declaradas Patrimonio de la Humanidad—, hasta actividades al aire libre como senderismo, avistamiento de flora y fauna, exploración de cuevas y ríos, y gastronomía local auténtica.

Sueños coloniales, historia y naturaleza en la capital y alrededores
En la ciudad de Querétaro destacan lugares como Templo de Santa Rosa de Viterbo, un magnífico ejemplo del barroco novohispano; su centro histórico colonial —reconocido por la UNESCO—, sus plazas, museos, arquitectura tradicional y calles empedradas invitan a pasear sin prisa.

Si buscas naturaleza sin salir de la zona urbana, el Parque Nacional El Cimatario es una excelente opción: montaña, bosques y vistas panorámicas de la ciudad lo convierten en pulmón verde y mirador natural.
Querétaro: para todos los gustos — vinos, historia, naturaleza y cultura
Querétaro funciona como un destino multifacético:
- Para los amantes del vino y la gastronomía, la “ruta del queso y el vino” ofrece catas, maridajes y la oportunidad de conocer viñedos.
- Para quienes buscan historia, patrimonio y ambiente colonial, sus pueblos mágicos y la capital ofrecen arquitectura, tradiciones y calles llenas de encanto.
- Para quienes aman la naturaleza y la aventura, la Sierra Gorda, sus cascadas, grutas y montañas resultan atracciones ideales.
- Y para quienes simplemente quieren desconectarse, respirar aire puro, pasear sin prisa y disfrutar de la tranquilidad, Querétaro tiene espacios urbanos y rurales perfectos.






