Revelan videos y logística del coche bomba en Coahuayana; carga explosiva iba oculta bajo plátanos

Nuevas grabaciones exponen la operación coordinada de vehículos y motocicletas que escoltaron la camioneta con explosivos antes del ataque que dejó seis muertos en Michoacán.
El rastro de la planificación criminal
Nuevos y escalofriantes detalles han surgido respecto al ataque con coche bomba perpetrado el pasado sábado afuera de la comandancia de la policía comunitaria de Coahuayana, Michoacán. Videos de seguridad y reportes de inteligencia revelan una operación meticulosa que involucró a dos vehículos de apoyo y tres motocicletas para guiar la camioneta cargada con explosivos, la cual estaba camuflada con un cargamento de plátanos para evitar sospechas.
El ataque, que resultó en un saldo trágico de seis personas fallecidas y seis lesionadas, ha escalado al nivel federal. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, señaló que la tipificación definitiva del delito, ya sea como terrorismo o delincuencia organizada, dependerá estrictamente de los resultados que arrojen las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), institución que ya ha tomado cartas en el asunto para esclarecer los hechos y determinar el alcance de esta agresión.

Ingreso desde territorio en disputa
De acuerdo con fuentes de seguridad y el análisis minuto a minuto de las cámaras de vigilancia, la operación inició en las primeras horas de la mañana. Una camioneta negra —que posteriormente estallaría— y un automóvil sedán blanco ingresaron a la zona alrededor de las 07:30 horas provenientes de la localidad de Cerro de Ortega, en el municipio de Tecomán, Colima. Esta área es identificada por las autoridades como una zona de operación y control de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Los videos muestran que ambos vehículos se detuvieron en el acotamiento del Puente de Coahuayana, en la carretera costera 200, que divide a los estados de Michoacán y Colima. Durante varios minutos, se observan maniobras complejas entre el auto blanco y la camioneta negra; esta última presentaba fallas mecánicas visibles, lo que obligó a los tripulantes a detenerse y revisar el motor bajo una lluvia pertinaz que caía en ese momento.
Fallas mecánicas y apoyo logístico
La cronología del crimen detalla que, tras varios intentos fallidos por arrancar la camioneta y empujarla entre varios sujetos, al lugar arribó una camioneta roja cuyos ocupantes intercambiaron palabras con los hombres varados, evidenciando una red de apoyo local. Fue hasta las 08:36 horas, después de realizar reparaciones improvisadas y maniobras peligrosas en la carretera con alto tránsito de tráileres, que la unidad logró reincorporarse a la vía costera, escoltada de cerca por el sedán blanco que realizaba vueltas en “U” para vigilar el trayecto.
También podría interesarte:
El camuflaje y la espera entre platanares
Testigos y cámaras captaron el ingreso del convoy a Coahuayana a las 08:48 horas. Sin embargo, la unidad volvió a fallar en un camino de terracería rodeado de huertas de plátano. Fue en este lapso, donde la camioneta permaneció oculta casi dos horas y media entre la vegetación, que se presume se terminó de acomodar la carga ilícita.
Las investigaciones apuntan a que los explosivos, fabricados a base de pólvora, fueron cubiertos deliberadamente con racimos de plátano, simulando ser un vehículo de carga agrícola común en la región, una táctica diseñada para pasar desapercibidos ante los filtros de la policía comunitaria que resguarda la cabecera municipal.

El momento del estallido y la huida
Minutos después de las 11:30 horas, los vehículos ingresaron finalmente a la zona urbana por la avenida Rayón. La camioneta negra maniobró en reversa para estacionarse a escasos 30 metros de la base de seguridad local. A las 11:40 horas, el vehículo detonó con el conductor y el copiloto aún en su interior, esparciendo restos humanos y materiales en un radio de 250 metros, causando conmoción en la comunidad.
Simultáneamente, las cámaras de seguridad registraron la huida del automóvil blanco hacia la localidad de San Vicente, escoltado ahora por tres motocicletas con cuatro sujetos a bordo, quienes se presume formaban parte de la célula delictiva encargada de monitorear la ejecución del atentado y asegurar la retirada del resto del grupo.







