Opinión

Un terremoto pasó sobre nosotras

Constelaciones Lectoras por Rosely E. Quijano León

Hay libros que no debieron escribirse, son los libros que contienen el dolor más grande que puede existir, y son una radiografía de la impunidad y violencia que se vive en este país. Y no son ficción. Ojalá lo fueran.

De enero a agosto de este año se han cometido 444 casos de feminicidio en todo el país, y se han registrado, de enero a septiembre, mil 607 casos de mujeres víctimas de homicidio doloso. Estas cifras tampoco son ficción, son datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Estas cifras sacuden todos los días al país, pero se han vuelto pequeños sismos imperceptibles para las fiscalías y autoridades indolentes que solo acumulan cifras de impunidad. Pero no son solo números, son historias que nunca debieron suceder.

Los casos de feminicidio aparecen muchas veces como notas periodísticas y nada más. No obstante, se han documentado algunos casos y se han convertido justamente en esos libros que nunca debieron escribirse porque esas vidas nunca debieron terminar de esa manera.

“El invencible verano de Liliana” de Cristina Rivera Garza es uno de los libros que expone un caso de feminicidio, el de la propia hermana menor de la autora, ocurrido en 1990, en ese año no existía ni siquiera el delito de feminicidio en los códigos penales, eso ocurrió hasta 2011 en México. En este testimonio desgarrador la autora reconstruye a través de cartas, entrevistas a amigos, familiares, documentos y fotografías lo que fueron los últimos días de Liliana, antes del terremoto que derrumbó su vida. El novio de Liliana, el asesino, jamás fue detenido.

Se vende la idea de que Yucatán es un estado muy seguro, incluso para las mujeres; y aquí no tiembla, pero el 27 de marzo de 2017 un temblor pasó sobre nosotras, el feminicidio de Emma Gabriela Canto Molina, sacudió a toda la sociedad yucateca, y repercutió a nivel nacional porque Emma llevaba años antes luchando por recuperar a sus hijos.

La escritora y periodista Irma Gallo en su reportaje titulado “Ema Gabriela Molina Canto: perder a los hijos por decir alto a la violencia”, que viene en su libro “Cuando el cielo se pinta de anaranjado (ser mujer en México)”, da cuenta de este caso y comienza así: “Es viernes 25 de mayo de 2012, cerca de las 4:30 de la tarde. Mérida, capital del estado más seguro del país, no está preparada para lo que sucederá muy pronto en unas de sus calles”, y narra el secuestro y el viacrucis de Emma por recuperar a sus hijos.

El reportaje documenta hasta el reencuentro de Emma con sus hijos en 2014, pero el caso lamentablemente no termina ahí; años después se convierte en uno de los feminicidios más violentos y plagado de corrupción, impunidad y complicidad de las autoridades y el Estado de los últimos años en Yucatán.

El feminicidio tiene réplicas todos los días en todo el país. De Yucatán a Juchitán, Oaxaca, hay cientos de kilómetros de distancia, pero el dolor late idéntico allí que acá. En Juchitán de Zaragoza, el municipio más afectado por el sismo del 2017, asesinaron a la joven fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín el 2 de junio de 2018. Ese terremoto devastó a su familia, amigos, pero sobre todo a su madre Soledad Jarquín Edgar.

A veces el dolor, el coraje y la rabia tienen que escribirse. Por eso Soledad escribió el libro “Revelaciones de un crimen de Estado. Impunidad, corrupción y complicidad.” Es su testimonio como madre y víctima, pero también como defensora de derechos humanos que hasta la fecha busca justicia para su hija.

Las historias de Liliana, Emma y María del Sol debieron ser otras, sus vidas debieron ser felices, plenas y libres. ¿Por qué las mujeres en este país tenemos que vivir con miedo? Y no sólo es el miedo a ser violentada, sino a lo que viene después, el terror a la impunidad, a la indolencia y la corrupción de las autoridades, a que nunca haya justicia para nuestras hijas, hermanas, amigas y que además, los culpables nunca paguen.

Estos libros son actos de amor y justicia. Son los testimonios después de la catástrofe, del derrumbe de ese terremoto que lamentablemente pasa imperceptible todos los días sobre nosotras: “Cada día del 2025 se han registrado en promedio 1.8 feminicidios en México” (SESNSP).

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