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Juegos tradicionales de Yucatán, herencia que busca trascender

Juegos como la kimbomba, caza venado, tinjoroch y las construcciones con palitos de madera no solo entretienen, sino que refuerzan la identidad regional.

En comunidades rurales y urbanas de Yucatán, los juegos tradicionales siguen siendo una expresión viva del patrimonio lúdico del pueblo maya y mestizo.

Juegos como la kimbomba, caza venado, tinjoroch y las construcciones con palitos de madera no solo entretienen, sino que refuerzan la identidad regional y fomentan la convivencia comunitaria.

Estos juegos, populares desde generaciones anteriores, se practican especialmente durante fiestas patronales, recreos escolares y reuniones familiares. Cada uno de estos juegos representa una parte del entorno, la historia y la imaginación de la niñez yucateca.

Construcciones con maderitas: imaginación y memoria colectiva

Las construcciones con maderitas forman parte del repertorio de juegos libres que fomentan la creatividad. Usando trozos de madera reciclada, ramas, piedras y otros materiales naturales, los niños crean casas, plazas, caminos o escenas completas de su entorno, como el circo.

Más que un simple pasatiempo, este juego es una representación simbólica de la vida cotidiana, donde los niños reproducen lo que ven a su alrededor, como mercados, ruedos de la corrida de toros o solares mayas.

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Kimbomba: un juego tradicional de Yucatán

La Kimbomba, uno de los juegos más emblemáticos de Yucatán, es una variante local de un deporte de bateo similar al béisbol. Se juega con dos piezas: un palo largo y una más corta en forma de cono (la bomba).

El objetivo es lanzar la bomba al aire con el palo y golpearla lo más lejos posible; participan dos o más jugadores que se turnan para medir la distancia de sus golpes. Es común en municipios como Ticul, Muna y Teabo.

En 2019, la Kimbomba fue incluida en actividades organizadas por el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya (INDEMAYA), como parte de un esfuerzo por preservar juegos ancestrales.

Caza venado: velocidad y estrategia en movimiento

El caza venados es otro clásico del juego tradicional yucateco. Consiste en que un niño, que representa al cazador, lanza una pelota para intentar atrapar a los demás jugadores, quienes simulan ser venados huyendo por un área delimitada.

Cuando uno es golpeado por la pelota, queda eliminado o se convierte en nuevo cazador, dependiendo de las reglas acordadas.

Este juego requiere agilidad y rapidez, además de estimular el pensamiento táctico; fue y sigue siendo habitual en las escuelas rurales de Yucatán, y forma parte del acervo de juegos comunitarios que reflejan la vida cercana a la naturaleza y los ciclos de caza tradicionales.

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Tinjoroch: el arte de girar una corcholata con hilo

El tinjoroch es quizá el menos conocido fuera del estado, pero es un símbolo de la inventiva infantil yucateca. Se juega con una corcholata aplanada, perforada en el centro y atravesada por un hilo.

Al tensar y soltar el hilo repetidamente, la corcholata gira rápidamente, produciendo un zumbido característico. Es similar a otros juguetes giratorios, pero con materiales reciclados, lo que demuestra el ingenio de los niños yucatecos.

Este juego, tradicional en barrios de Mérida y pueblos como Maxcanú o Izamal, estimula la coordinación motriz fina y el sentido rítmico. A menudo, los niños decoran sus corcholatas para personalizarlas, y en algunas comunidades se organizan competencias para ver quién logra hacerla girar por más tiempo.

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