Disney: un fenómeno cultural global
El parque es uno de los mayores motores turísticos, manteniendo viva la memoria de la infancia.

Por Verónica Moya.
Visitar Disney no es simplemente recorrer un parque de diversiones, es entrar en un universo que ha marcado generaciones en todo el mundo.
Desde que abrió sus puertas en 1955 en Anaheim, California, la marca ha logrado expandirse a distintos continentes con parques en Estados Unidos, Europa y Asia, atrayendo a millones de visitantes cada año.
El secreto de Disney radica en su capacidad para mezclar nostalgia con innovación. Mientras personajes clásicos como Mickey, Donald o las princesas mantienen viva la memoria de la infancia, nuevas atracciones basadas en franquicias recientes como Star Wars o Frozen garantizan que cada generación se sienta parte de la magia.

Esa magia, sin embargo, no es solo entretenimiento. Estudios muestran que Disney es uno de los mayores motores turísticos: en Orlando, el complejo Walt Disney World sostiene más de 75 mil empleos directos y aporta miles de millones de dólares a la economía local.
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Al mismo tiempo, la compañía ha sido objeto de debates sobre el costo de los boletos, las largas filas y la experiencia cada vez más planificada gracias a la tecnología.
Para muchos extranjeros, visitar Disney es un sueño que cruza fronteras. Familias enteras ahorran durante años para vivir ese momento, lo que convierte al parque en un espacio donde convergen culturas y lenguas, unidos por la promesa de vivir “el lugar más feliz del mundo”.

Disney no es solo un destino, es un espejo del mundo moderno: globalización, consumo cultural, y la búsqueda universal de un espacio donde la fantasía nos permita, aunque sea por un instante, volver a creer en los cuentos de hadas.