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Enganchadores: servicio o molestia para turistas

Desde que pasó la pandemia, han aumentaron de forma acelerada el número de enganchadores de turistas en el Centro Histórico de Mérida; estas personas acosan a los visitantes para persuadirlos para adquirir algún servicio o artículo de los establecimientos que representan y cuya transacción le genera una jugosa comisión.

Hay diferentes tipos de enganchadores, los que se colocan en las puerta de los establecimientos que de forma educada llevan a cabo su estrategia; otros operan en la vía pública y utilizan técnicas que acosan y ponen nerviosos a los visitantes; también abordan a los turistas, aparentemente para venderles un producto, se ganan su confianza y luego les recomienda los servicios que a él le dejan ganancia.

La mayoría de los enganchadores observados, trabaja para comercios informales; algunos en el ramo de los tours turísticos, sin licencia ni personal capacitado, y otros en la venta de artesanía; ambos impactando los servicios turísticos bien constituidos.

La Cámara de Comercio y Servicios Turísticos de Mérida, en diversas ocasiones ha señalado este tema como complejo y prohibido, el cual es considerado una competencia desleal que impacta al sector comercial, ya que muchas veces los enganchadores inflan los precios para obtener una mayor ganancia, valiéndose de técnicas muy invasivas para los turistas.

Respecto a este tema, la señora Manon Ducharme, opinó que es válido tratar de ganarse la vida vendiendo algún producto, generalmente son muy atentos, simpáticos y serviciales, pero algunas veces llegan al hostigamiento y se termina adquiriendo un artículo que no se desea, por el simple hecho quitártelos de encima.

La ciudadana canadiense dijo que ha visitado en varias ocasiones y que ha aprendido a evitar a estos “piratas”; sin embargo, otras personas caen en sus garras y algunas son defraudadas, “Mi hermana vino buscando una estatua de un jaguar y se la vendieron en 50 mil pesos, cuando la misma pieza cuesta 5 mil Chichen Itzá”, compartió.

Por su parte, el señor Gerardo Machado, procedente del norte del país, considera que este tipo de prácticas ocurren en todos los lugares del mundo donde hay mucha afluencia de turistas, “Ya nos la sabemos y no caemos, preferimos comprar directamente en las tiendas”, apuntó.

Coincidió con varios turistas entrevistados, en que este tipo de actividades dañan la imagen de la ciudad, porque algunos de los enganchadores son muy molestos, invasivos y groseros si no adquieres lo que te están ofreciendo, “Si les compras, son muy amables y si no les compras, se enojan; cuando te pasa eso no te dan ganas de volver”, aseveró.

ASÍ OPERAN LOS ENGANCHADORES

Para atrapar a un cliente, los enganchadores merodean toda la Plaza Grande, y dependiendo el tipo de servicio que intentan colocar, será el perfil del turista que abordarán; los puntos clave para abordar turistas son frente a la catedral, la zona del Turibus, las esquinas de la calle 61 con 60 y 65, así como 63 con 60 y los corredores de acceso a las tiendas y mercados.

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