La Lagunilla: un tesoro dominical en el corazón de la CDMX
Antigüedades, arte y cultura convergen cada domingo en este icónico mercado del Centro Histórico, donde cada objeto guarda una historia y cada puesto ofrece una ventana al pasado.


Cada domingo, el tradicional barrio de La Lagunilla, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se transforma en un espacio vibrante donde la nostalgia, el arte y la historia se hacen tangibles. El mercado de antigüedades que se instala entre las calles Comonfort, Jaime Nunó, González Bocanegra y Matamoros es mucho más que un tianguis: es un punto de encuentro cultural que conecta generaciones a través de objetos que han resistido el paso del tiempo.
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Con raíces que se remontan a la época prehispánica, cuando esta zona era una laguna y un punto clave de comercio para Tlatelolco, La Lagunilla mantiene viva la tradición mercantil con un giro apasionante: aquí se venden piezas únicas cargadas de memoria. Muebles antiguos, arte, vajillas, relojes, juguetes, libros, herramientas y hasta ropa de época, forman parte de un inventario que no solo fascina a coleccionistas y decoradores, sino también a visitantes ocasionales y turistas curiosos.
Popularmente conocido como “La Lagu”, este mercado ofrece una experiencia que va más allá de la compra: es una aventura para quienes desean redescubrir el pasado a través de objetos con alma. Cada pasillo invita a la exploración, y cada pieza expuesta es una historia esperando ser contada o revivida.
La forma más sencilla de llegar es a través de la Línea 7 del Metrobús (estación Glorieta de Cuitláhuac) o las estaciones Lagunilla y Garibaldi del Metro (Línea B). Quienes asisten también pueden complementar la experiencia con una visita gastronómica al Mercado San Camilito, abierto las 24 horas.
La Lagunilla no es solo un destino para los amantes del vintage: es un testimonio vivo de la riqueza cultural de la capital. Una visita dominical que bien vale la pena.