Por esta razón usan las jícaras en los altares de Día de Muertos en Yucatán
Se cree que resguardan la esencia de los alimentos y que ayudan a preservar la energía espiritual contenida en la ofrenda

En la celebración del Día de Muertos, los altares se llenan de elementos cargados de simbolismo que conectan el mundo de los vivos con el de los muertos. Uno de esos elementos son las jícaras, recipientes tradicionales hechos del fruto del árbol del jícaro, que se utilizan para colocar alimentos, bebidas y ofrendas en honor a los difuntos. Estas vasijas no solo cumplen una función práctica, sino que poseen un profundo significado espiritual ligado a la cosmovisión indígena.
El uso de jícaras en los altares proviene de antiguas prácticas mesoamericanas, donde eran consideradas objetos sagrados. Su forma redonda simboliza el vientre materno, la fertilidad y el ciclo de la vida y la muerte. Colocar comida o bebida en jícaras representa el acto de compartir el sustento con los muertos, como si se les ofreciera directamente desde el corazón del hogar. Así, la jícara se convierte en un puente ritual entre lo terrenal y lo espiritual.
Se cree que resguardan la esencia de los alimentos y que ayudan a preservar la energía espiritual contenida en la ofrenda. Además, su uso refuerza la conexión con la tierra, ya que al ser un recipiente natural, biodegradable y artesanal, refleja la armonía con la naturaleza, una idea fundamental en la visión indígena del mundo y de la muerte.
En el contexto actual, seguir utilizando jícaras en los altares es una forma de mantener viva la tradición y rendir homenaje a las raíces indígenas que dieron origen al Día de Muertos. Su presencia en la ofrenda no solo embellece y auténtica el altar, sino que recuerda que el acto de ofrecer va más allá de lo material: es un gesto de amor, memoria y respeto hacia quienes ya no están, pero siguen siendo parte de la vida familiar y comunitaria.