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Fauna silvestre atrapada en la urbanización

Desde Conkal, Chablekal, Temozón, Dzityá, Baca, Chicxulub y Caucel, la urbanización suplanta áreas verdes por calles y casas para foráneos

La expansión inmobiliaria en la periferia de Mérida arrebata el hábitat natural de un amplio catálogo de fauna silvestre que, de acuerdo a ambientalistas, producirá la desaparición en 15 años de diversas especies en la zona y en tanto acarrea consecuencias como encontrarse un coyote en el fraccionamiento Ciudad Caucel, la incursión de boas en Las Américas y accidentes con crías de venado en Sierra Papacal.

En Yucatán predominan selvas secas y sub húmedas que se localizan al centro y noroeste de la entidad; en las zonas costeras se desarrolla vegetación acuática como manglares y tulares. A pesar de la urbanización hasta finales de los años 90, Mérida y municipios vecinos respetaban el entorno ecológico, pero la fiebre inmobiliaria ha reventado el equilibrio con más de 200 desarrollos habitacionales abiertos desde 2010.

Vive en un entorno natural”, dicen las firmas inmobiliarias que producen llamativos carteles publicitarios en anuncios espectaculares sobre el Periférico y la vía a Progreso con terrenos de hasta cinco millones de pesos.

Desde Conkal, Chablekal, Temozón, Dzityá, Baca, Chicxulub y Caucel, la urbanización suplanta áreas verdes por calles y casas para foráneos. La multicitada publicidad que Yucatán es el estado más seguro para vivir es el primer atentado al medio ambiente.

Gabriel Correa Santos es investigador ambientalista hace 32 años y migró a Yucatán desde la Universidad Autónoma de Tamaulipas para colaborar en la preservación del ecosistema, pero apesadumbrado reconoce que el poder económico y el negocio inmobiliario llevan ventaja irreversible.

En ocho años se han perdido —sin exagerar— más de 100 hectáreas de bosques subtropicales que son ecosistemas vitales para especies que si alejamos o liquidamos de la zona atraerán consecuencias para el entorno. Mérida y su periferia ya representan un desastre por toneladas de desperdicios sólidos y la deforestación es alarmante”, advirtió el investigador.

Pero aún, indica que la publicidad de “entorno natural” utilizada por las constructoras de fraccionamientos es una falsedad porque la urbanización genera emisiones de gases, el paso de maquinaria pesada, tráfico, basura, calentamiento, depredación y ecosistemas artificiales con árboles y otras variedades que no son endémicas.

Esos nuevos fraccionamientos que además comienzan en terrenos ejidales son un crimen para el medio ambiente. Aunque publiciten que construyen respetando el entorno natural, esto no ocurre porque dinamitan para abrir lagos artificiales, provocan migración masiva, son desarrollos para familias de alto poder adquisitivo que tienen al menos 3 automóviles por casa, abren calles y avenidas, provocan la llegada de plazas comerciales y de servicios que en una semana generan toneladas de desperdicios”, añadió.

En Ciudad Caucel deambula por las noches un coyote que busca carroña entre los desperdicios de un corredor verde entre las calles 75 y 50. Vecinos de la zona afirman que el animal silvestre tiene varias semanas en ese sitio y aunque se muestra temeroso, puede convivir con perros callejeros.

Sin embargo, aunque no hay reportes de incidentes con personas, algunos residentes se muestran con reservar sobre si el cánido podría atacar animales de compañía en caso de aumentar su apetito.

En el pandémico 2020 sobrevinieron tres tormentas tropicales que dejaron varias inundaciones en el fraccionamiento Las Américas con una decena de reportes de boas en casas.

El INEGI refiere que en las selvas bajas de Yucatán son endémicas las especies de faisán, loro, guacamaya, colibrí, cenzontle, cardenal, ruiseñor, tejón, kinkajú, zorrillo, pecarí, mapache, serpiente y nutria.

En el manglar: flamenco, pato, golondrina y lagarto. En matorral: víbora de cascabel.

En ambientes acuáticos: tortuga blanca, caguama, mero, rubia, caracol, pulpo, delfín, langosta, tiburón, pargo y guachinango. En los bosques: murciélagos zapoteros y dos líneas, pájaro Toh, halcón, codorniz, chachalaca, boa ratonera, rana y sapo.

Se considera animales en peligro de extinción: armadillo, puerco espín, manatí, mono araña, saraguato negro, tortuga carey y oso hormiguero.

Fabio Fuentes

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