Preocupante índice de diabetes en la entidad
Solo el 20 por ciento de la población está en condiciones de peso ideal

Yucatán padece una grave epidemia de diabetes y obesidad que ya causa alarma en la comunidad médica-nutricional: apenas el 20% de la población se encuentra en condiciones de peso ideal, la entidad es el primer lugar nacional en niñez con sobrepeso y es la mayor población del país de diabéticos.
Especialistas en nutrición y salud pública advierten que urge lanzar campañas de conciencia ciudadana, así como obligar a los centros escolares cumplir la norma de no vender alimentos chatarra en los planteles o el estado quedará sin capacidad de atender a pacientes con problemas derivados de la obesidad, cardiacos, diabetes e hipertensión.
Más grave, llegan a los consultorios nutrimentales adolescentes, casi niños de 12 y 13 años, que ya presentan resistencia a la insulina y aunado al sedentarismo más el aumento poblacional, la entidad se dirige a un escenario donde no habrá presupuesto, ni consultas o medicamentos para atender la alta demanda de enfermos.
“Esto se puede frenar, pero el gobierno debe urgentemente actuar, hacer su labor, ir a revisar las escuelas porque no se cumple la ley de procurar la sana alimentación de los niños, están envenenando a los menores desde la tienda de la escuela. Hemos detectado que venden papitas, tortas, refrescos, dulces ¡dentro de las escuelas, sean públicas o privadas!”, acusó Martha Reyes Inguaín, de la Alianza Nutrimental del Norte.
El Congreso de la Unión modificó en 2014 la Ley General de Educación que prohíbe la venta de alimentos procesados, empaquetados, azucarados y con alto contenido calórico dentro y en las inmediaciones de los planteles escolares, pero esta norma no es cumple.
“No la asumen (la reglamentación), los directores, maestros, padres de familia y autoridades hemos fallado, le estamos fallando a nuestra niñez. Somos los adultos responsables de cuidarles su salud y es inconcebible que con estas cifras de obesidad infantil no se tome una política de estado de los tres niveles de gobierno para atender este problema que es gravísimo”, señaló Reyes Inguaín.
La nutrióloga especialista en diabetes, Mónica A. Díaz, es más contundente, ya recibe consultas de niños con necesidad de inyectarse insulina. Acusa que se atribuye a la gastronomía yucateca el peso de la situación cuando la entidad es rica en un amplio catálogo de hortalizas y frutos que además son reguladores naturales del organismo humano.
“Nuestra cultura de la salud no es preventiva, Yucatán es rico en alimentos naturales únicos: la chaya, la anona, la pitahaya, la lima, china lima, el palmito, etc. En el estado, 8 de cada 10 adultos tiene un problema de sobrepeso un obesidad, entonces estamos hablando que solo el 20% entra en el rango de los saludables”, indicó la nutrióloga.
Por su parte, el ex director del colegio de la Salud, Rudy Humberto Coronado, señaló que la epidemia de diabetes en Yucatán es de tal nivel que hoy las consultas con especialistas para atender enfermos y enfermedades derivadas de la alta concentración de glucosa en la sangre dilatan las citas desde seis meses a un año.
“Le daré un ejemplo. El paciente diabético que tenga llagas en las piernas y le comprometa la arteria deberá asistir con el angiólogo, pero ¿qué cree? Una consulta con ese especialista en el sector público le puede tardar entre seis meses o un año. Así está la demanda y para el que no tiene para irse a verlo al privado puede perder la pierna”, advirtió el epidemiólogo.
Aún más, ya no hay camas para sostener a quienes padecen enfermedades derivadas de la obesidad y diabetes porque son susceptibles a otros problemas: riñones (diálisis), hipertensión, hipotiroidismo, hígado y cardiología.
“De algo que procede del descuido, la falta de información, los bajos ingresos —comer lo que se pueda en la calle— sobreviene una catarata de enfermos que ocupan todo el aparto de salud pública: camas, urgencias, consulta especializada, medicamentos y más. Si la población asumiera el cuidado debido en su salud de forma preventiva, habría muchísima más disponibilidad de camas y atención médica”, concluyó el experto en la salud.
Fabio Fuentes