El meteorólogo de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Juan Vázquez Montalvo, asegura que a pesar de la fuerte sequía anticipada para este año, Yucatán no enfrentará problemas de abasto de agua subterránea, a diferencia de otros estados del país.
La sequía podría adelantarse a principios de febrero y se vería afectada por los efectos de “El Niño”, fenómeno climático que altera los patrones de circulación atmosférica global y calienta la atmósfera. Vázquez Montalvo destacó que los remanentes de las tormentas de 2020, como “Cristóbal”, “Gamma”, “Delta” y “Zeta”, elevaron el nivel del acuífero a 5.2 metros sobre el nivel del mar.
En la actualidad, el nivel se encuentra en 1.6 metros sobre el nivel del mar, cuando lo habitual es 0.8 metros, lo que indica un nivel saludable y suficiente para evitar escasez de agua a pesar de la sequía y la ausencia de lluvias pronosticadas para 2024.
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El experto recordó la ola de calor del año pasado y explicó que, aunque la temperatura máxima alcanzó los 43.5 grados en Chocholá, no superó el récord de abril de 2015, que fue de 43.6 grados. A pesar de la sequía anticipada para 2024, se espera que las lluvias lleguen en tiempo y forma, aunque en cantidades reducidas.
El fenómeno de “El Niño” se prevé que alcance su punto máximo en marzo y disminuirá hasta desaparecer en julio. La sequía, que generalmente ocurre de febrero a mayo, podría adelantarse a principios de febrero, lo que aumentaría el riesgo de incendios. Vázquez Montalvo comparó esta falta de lluvias con la registrada en 2020, que resultó en la sequía de cuerpos de agua y cenotes en la región.
