Las integrantes del colectivo “La Amigas del Manglar”, del Centro Comunitario Chimay, desde hace 5 años dedican sus tardes, de forma voluntaria, a restaurar los daños a la naturaleza que impacta el puerto de Sisal a través del proyecto “Alianza comunitaria: construyendo capacidades para la restauración de dunas”, de la unidad de investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el mencionado puerto yucateco.
Desde hace casi 5 años estas madres de familia, miembros del colectivo, separan de su día un poco del tiempo destinado a las faenas domésticas, para realizar labores de conservación de las áreas verdes de la localidad, bajo la guía de la doctora Gabriela Mendoza González, responsable del proyecto.
El proyecto, con una duración de 24 meses desde enero de 2023 hasta enero de 2025, tiene como objetivo fomentar una alianza entre organizaciones consolidadas compuestas por mujeres y sus familias en las comunidades de Sisal, Chuburná Puerto y Telchac; su propósito es influir en la conservación y restauración ecológica de los ecosistemas de playas y dunas costeras para recuperar sus servicios ecosistémicos.
Las miembros del grupo comunitario: Mercy Guadalupe Tuz Güemes, Blanca Rubí Lozano Trejo, Elmi Chuc Chuc, Esmeralda Acosta, Martha y Patricia Canté Uibab, se reúnen tres veces por semana en el Centro Educativo Cultural y Ambiental Chimay, donde reciben instrucción especializada sobre los procesos reproductivos de diversas especies de plantas, durante tres horas cada sesión; además, realizan excursiones de exploración por la zona costera para identificar especies vegetales y comprender sus procesos de desarrollo, complementando así su formación.
Asimismo en sus momentos libres, llevan a cabo monitoreos sobre la floración y fructificación de las plantas, así como actividades de recolección de materiales contaminantes en áreas naturales.
Estas admirables mujeres se unieron al grupo sin esperar una retribución económica, simplemente para contribuir al bienestar de su comunidad y para que los niños puedan crecer en un entorno saludable.
Durante la etapa de aprendizaje, las Amigas del Manglar, aprendieron los nombres de las plantas y se familiarizaron con cada especie de la comunidad a través de recorridos en que identificaron las áreas que necesitan intervención.
La meta a futuro de estas yucatecas comprometidas con su comunidad y el medio ambiente, es la de establecer al menos tres viveros en la comunidad y crear una red de colaboración para el intercambio de experiencias con otras agrupaciones, así como crear alianzas con actores en la toma de decisiones para gestionar mejoras ambientales.
Otras agrupaciones de mujeres que participan en el proyecto son U-Meya Coolelo, una cooperativa de mujeres en la comunidad de Chuburná, y la cooperativa “El Club de la Tortuga” de Telchac.