La falta de políticas públicas desde su propia visión a través de la conquista de espacios políticos, hoy en día mantiene a las mujeres indígenas rezagadas en temas como educación, empleo, acceso a la salud y derechos reproductivos, señaló la recipiendaria de la Medalla “Consuela Zavala Castillo” 2023, Nancy Walker Olvera.
“Tristemente, la mayoría de las mujeres indígenas siguen encontrando trabajo remunerado sobre todo en los trabajos domésticos, aunque se han hecho esfuerzos desde sus comunidades para tener acceso en las mismas comunidades, pero todavía es muy poco”, explicó.
La activista detalló que frente a la magnitud de esta situación, se hacen esfuerzos, pero la deuda histórica es tan grande que apenas se comienza a caminar en ese tema.
Dijo que para poner piso parejo para todas las mujeres, es necesario seguir apuntalando las políticas públicas y que estas vayan generando acciones afirmativas para acortar las brechas, salariales, del trabajo doméstico no remunerado, “las mujeres trabajamos 6.8 horas gratuitamente en nuestras, cosa que no se comparte en la mayoría de las familias”.
Walker Olvera detalló que las oportunidades educativas han alcanzado los ritmos, pero, pero es necesario ir visibilizando derechos específicos como el de las mujeres indígenas y que las políticas públicas surjan desde sus culturas, sus formas de ser y expresar y no sean impuestas por otras visiones.
También se debe revisar todo lo relacionado con la salud reproductiva, donde las mujeres siguen cargando con la responsabilidad de la planificación familiar, “son muchas las campañas para que te cuides, el uso de los anticonceptivos y son muy pocos los hombres que deciden hacerse una vasectomía; el costo físico y emocional de este bombardeo hormonal es mucho más grande en las mujeres”, indicó.
Los cambios en los derechos de la mujer han sido notables, pero si se es mujer, se vive en el interior del estado, eres indígena, con una cultura que te da de unas cosas y te quita de otras, se les van sumando indicadores de discriminación y hay menor acceso a los derechos.
Muchas de las mujeres de la población indígena que vienen a la ciudad a trabajar no tienen protección en seguridad social y son envueltas en un círculo vicioso, porque si no tienen seguridad social, no tendrán accesos a su salud, ni a un crédito y no pueden darle un giro a sus vidas porque no tienen nada, “las mujeres somos dueñas de muy poco”, apuntó.
La también socióloga considera que falta trabajar para mejorar esta situación desde las mujeres indígenas, para que ganen espacios de participación en política, para el ejercicio de sus derechos desde la perspectiva indígena y no de los usurpadores, finalizó.
Según el INEGI en Yucatán hay 767 mil 402 mujeres que se identifican como indígenas, lo que representa el 65 por ciento del total de la población.
